Ofrendas, velas con formas de cuerpo humano, fotografías de la Virgen, postales y rosarios fueron ayer los enseres protagonistas de la romería de los Milagros de Requián, en la parroquia estradense de Frades. Cientos de personas acudieron a esta cita que, cada año congrega a los más devotos de la zona y de los alrededores con el fin de pedirle su milagro a la Virgen.

La curación de enfermedades suele ser lo más implorado. De ahí, que la Cerería Cortizo de Padrón lleve "toda una vida" fabricando velas de distintas partes del cuerpo para los más religiosos. Desde cabezas, pechos, piernas y brazos de cera a cuerpos enteros. "Lo que más llevan son los cuerpos porque ahí va incluído todo", explicaba la dueña de la cerería que, además, afirma que cada año se vende menos. "La crisis o la falta de fe hacen que cada vez menos gente haga ofrendas", añadió.

Y es que, este año, según algunos romeros, fue menos concurrido que el anterior. "Al caer un día de semana se nota. Cuando cae en domingo viene más gente", decía una vecina de Bertamiráns."Es la primera vez que pudimos lograr entrar en misa", añadía esta mujer, que acude desde hace tres años a esta romería, entre otras cosas, para pedirle a la Virgen su milagro."Por la salud siempre se pide porque sin salud no hay nada", sostuvo.

Aun así, aunque este año el día de la fiesta fue miércoles, el campo de la fiesta estaba a rebosar de gente. La jornada estuvo protagonizada por día soleado que despertó a los más fervosos para acudir a la primera cita religiosa del día, la misa de las 08.00 horas de la mañana que fue seguida por cuatro celebraciones más hasta la esperada misa solemne de la 13.00 horas. Debido a la afluencia de gente, muchos fueron los que se tuvieron que conformar con escuchar la misa por los altavoces. En silencio y con los oídos afinados, rezaban las plegarias que el cura marcaba. Mientras, otros tantos se agolparon en las tabernas colocadas en el campo de la fiesta a la espera de la ansiada procesión.

La salida de la Virgen, con un manto salpicado de billetes de distintas cantidades, estuvo resguardada por fuerzas policiales que fue abriendo el paso de la procesión entre los emocionados fieles. La Banda de Música Cultural de A Estrada y el coro de San Xurxo de Vea acompañaron el recorrido. Y una vez dentro de la iglesia, la cola de fieles empezó a desfilar para besar y tocar a la Virgen en una jornada festiva que culminó con una verbena nocturna.