Manuel Fragoso, estradense de Codeseda, es una de las figuras del panorama artístico más importantes de la comarca. Sus diseños y dibujos han ilustrado un gran número de obras literarias y revistas publicadas por las grandes editoriales de Galicia, como Xerais o Galaxia. No obstante, alguno de sus lienzos también han cruzado fronteras, y muchas de sus obras se hallan en colecciones privadas de lugares tan dispares del globo como Londres, Suiza o Japón.

Esa dualidad entre lo cercano y lo foráneo se refleja también en las propias palabras del pintor. "Siempre me sentiré orgulloso de ser gallego, de pertenecer a una familia de trabajadores del campo" afirma Manuel. Este pensamiento no excluye el hecho de que su obra siempre haya tenido un leitmotiv universal, el de denunciar la falta de justicia que afecta a personas de cualquier rincón del mundo.

Fragoso siempre ha sido un pintor de honda conciencia social. Su obra no lo evidencia explícitamente, pero siempre ha albergado un pequeño poso que así lo atestigua. Para Fragoso, la clave está en primar "la ilusión y la fantasía, siempre y cuando el que crea no se separe de la realidad cotidiana que conoce". Se trata, según sus palabras, de conocer y tener conciencia de la realidad para así poder distorsionarla en sus creaciones.

Por otro lado, Fragoso muestra su preocupación por el futuro incierto del mundo de las artes en estos tiempos tan difíciles para la lírica. Así, Manuel afirma que en España hay un gran nivel en todos los campos del arte, pero que no se está cuidando lo que se debiera a la cultura. "La clase política, más que dar subvenciones sin ton ni son, debería cedernos espacios donde proyectar nuestras creaciones y ofrecer más formas para apoyarnos, y darnos a conocer".

A la hora de preguntársele por sus influencias a lo largo de su carrera, Fragoso no tiene reparo a la hora de admitir que ha buscado inspiración en otros autores. "La pintura es algo muy personal, aunque las influencias son necesarias". "Todos empezamos aprendiendo de los que saben, es necesario seguir un camino ya que nadie nació aprendido.", concluye.Con todo, curiosamente afirma que sus cuadros al final no se parecen en nada a los que más le gustan.

Fragoso comenzó pintando a la temprana edad de 14 años. A los 18 inauguró su primera exposición con un total de 38 dibujos. Jamás tuvo a alguien que le enseñara, todo lo aprendió de forma autodidacta y haciendo uso de su mejor arma: la improvisación. "La improvisación en el arte es algo imprescindible y necesario, parte ineludible de nuestro trabajo", afirma.

Desde sus comienzos jamás se ha cansado de aprender y de experimentar. Sus pinturas suele llevarlas a cabo con acuarela, óleo y acrílico, sus materiales predilectos. Al hablar de los soportes, Fragoso afirma que "el soporte no importa, el soporte mínimo puede ser maravilloso"."Una obra no tiene que ser densa y compleja para ser buena", asevera.

El pintor estradense confiesa además que últimamente ha vuelto al dibujo a carboncillo. Un regreso a sus orígenes para demostrar que la "proyección futura", otra de sus grandes preocupaciones y un constante en su obra,, significa también mirar hacia el pasado.

Para este topógrafo y apasionado de todas las vertientes del arte -escribió una comedia teatral infantil con música de Mozart y ha escrito poesía- el futuro se le presenta ocupado en multitud de proyectos que tiene en mente pero que prefiere no desvelar. Todo ello acompañado de su familia y de su nueva condición de abuelo, que está disfrutando con gran ilusión. Más incierto ve el futuro del país y de sus ciudadanos. Ante ello, Fragoso propone "Pensar mucho y, cuanto más humano seas, mejor". Que lo anoten los de arriba.