Los dibujos animados perpetúan el mandato de género, pero hay alguna excepción. Frente a Candy Candy, que sueña con hacerle el desayuno a su futuro marido, la conejita Patty, de La aldea del arce, siempre obediente, o la "dulce y fiel" princesa Romy de La vuelta al mundo en 80 días, Sonia Herrera destacó algunos ejemplos de mujeres inteligentes y autónomas en los dibujos animados: la rebelde Jo, de Mujercitas, que quiere ser escritora; la irreverente Pippi Calzaslargas, que aún así corre el riesgo de ser tratada como un personaje "loco" o "excéntrico"; la genial Mafalda, creada por el dibujante Quino; o La pequeña Lulú, entre otras, son algunos referentes femeninos contrarios a la norma heteropatriarcal. Incluso entre las guerreras de Sailor Moon, como señaló una de las asistentes a la conferencia, se da un caso de relación homosexual, pero aún así, muy estereotipada. Es difícil encontrar en las series infantiles mujeres o niñas que no sean secundarias y sumisas.