La Consellería de Educación cedió a la presión de la comunidad del CEIP de Merza y mantendrá abierto el colegio, según comunicó ayer al mediodía el jefe territorial de Educación, César Pérez Ares, al alcalde, Jesús Otero. Esta prórroga "será por un año más", apunta el regidor, quien no duda de que la amenaza de cierre "es un aviso".

El curso que viene el CEIP tendrá 20 alumnos -igual que este año- y, según cree el portavoz del Bloque, Xoán Blanco, "en el futuro va a ser más difícil que nos cierren el centro, porque en la parroquia hay varios niños de corta edad" que en breve se matricularán en este colegio. Tanto padres como partidos políticos se congratulan de esta noticia, "aunque nos tuvieron un mes esperando", apunta Blanco. Tanto este concejal como el alcalde apuntan que ahora "es necesario mantener, sino subir, esta matrícula", a la par que Blanco apuesta por ofrecer servicios "atractivos" de cara a atraer niños de otras parroquias. El portavoz del Bloque también aprovecha para recriminarle a Otero aquellas declaraciones en las que apostaba por el cierre del colegio y la integración de los niños en un centro más grande, en aras de una presunta mejoría de su nivel educativo.

La alegría de los padres por la continuidad del centro no es menor que la de los políticos. Su representante, Belén Casal, quiere agradecer a todos los vecinos su apoyo, tanto a la hora de reunir firmas -medio millar en tres días- como en las protestas y la grabación de un vídeo, por parte de los propios alumnos, en el que se recogen las actividades pasadas y presentes del colegio.

Mientras, en el CEIP Pío Cabanillas, de Dozón, se confirma la supresión de una de sus tres unidades de Primaria. Educación elimina dos plazas de maestros, los dos de Primaria, de modo que ahora habrá una unidad con primer, segundo y tercer cursos, y otra con cuarto, quinto y sexto. Se mantiene la unidad de Infantil, que desde hace años une en la misma aula a los niños de tres, cuatro y cinco años.

La directora del centro, Celsa Prol -en julio la releva en el cargo Rosa María García- se queja de que Educación no les haya dado tiempo a reaccionar, "ya que extraoficialmente sí se nos garantizó la continuidad de las tres unidades". Ahora, el centro queda con cuatro maestros (sin contar la directora), todos especialistas, de modo que éstos tendrán que asumir las unidades y, además, dar clase de sus especialidad en los cursos de los que no son tutores. Es decir, además de impartir materias como Matemáticas o Lengua en tres niveles diferentes, deben enseñar Inglés o Educación Física, por poner un caso, en los cursos que no están en su unidad. Ello supone un auténtico encaje de bolillos a la hora de elaborar los horarios de clase. Por ello, para el próximo curso estos maestros optan por elaborar material propio para enseñar determinadas asignaturas como Música. Movemento Dezao intentó días atrás, sin éxito, reunirse con el gobierno de Dozón para alertarlo de un posible recorte que acaba de hacerse realidad.