-¿Ha vivido en primera persona algún atraco desde que trabaja en el Santander?

-En toda mi trayectoria profesional sólo sufrí un atraco, aquí en Lalín, hace unos 15 años. Afortunadamente, no pasó nada. Vino a por el dinero y se fue sin que hubiera que lamentar daños personales. En aquella ocasión, el atracador tenía muy claro lo que quería hacer y lo hizo. Le dimos el dinero que buscaba y se marchó por donde vino sin ningún tipo de violencia, salvo la tensión que se vive en ese tipo de situaciones, claro.

-¿Les recomiendan en el banco alguna directriz para circunstancias de ese tipo?

-Es muy sencillo: Que hagas todo lo quiera el atracador y que le des todas las facilidades posibles para evitar ningún tipo de violencia gratuita. Lo importante en estos casos es no arriesgar la vida en ningún momento. Es fácil de decir y complicado de hacer, por supuesto, pero es el mejor consejo que se puede dar cuando te encuentras inmerso en un incidente de este tipo y en una sucursal bancaria. Son momentos de máxima tensión en los que es importante no perder la calma.

-Por su edad le queda poco para jubilarse, ¿lo hará en la sucursal de Lalín?

-Pues sí, me quedan siete años para la jubilación y, desde luego, espero hacerlo en Lalín, donde estoy afectado porque, entre otras razones, me casé en Lalín. Después de haber estado en sucursales por distintos puntos de la provincia de Pontevedra, me hace ilusión retirarme aquí, donde tengo ya hecha mi vida, aunque no sé si me tendré que ir antes de lo previsto.

-¿Por qué lo dice?

-Lo digo porque está por realizarse la fusión con el Banesto y no sé quién ser irá o no después de que se lleve a cabo. A lo mejor me toca a mi marchar para casa. De todas formas, aquí seguiré porque me considero un lalinense de adopción.