José Iglesias, propietario del concesionario Autos Pontiñas, se dedica a la venta de coches desde hace 40 años y no duda en asegurar que esta crisis "es la peor de todas, la más espeluznante". Su negocio arrancó en 1983 con Opel en Monforte y funciona en la capital dezana desde 1996. Aunque similares en población -Monforte tiene casi un millar menos que Lalín- las ventas de coches en uno y otro lugar son muy dispares. "En Monforte nuestra empresa suele vender 10 coches en un mes, mientras que en Lalín, en octubre todos los concesionarios (más de media docena) matricularon solo 7, y en A Estrada se vendieron 13". Las ventas de coches están cayendo en la comarca mes a mes desde 2008, y ya han forzado el cierre de Vertasa, el concesionario más veterano de Deza, que cesó su actividad el día 1.

Para Iglesias no cabe duda de que Monforte puede capear la crisis en la venta de coches mejor que Lalín, porque allí viven "jubilados de Renfe, efectivos de la Policía Nacional o trabajadores del hospital". Mientras, la cabecera dezana tuvo que hacer frente en estos tiempos al cierre de grandes constructoras y firmas textiles que otrora fueron punteras a nivel gallego. "En una ocasión matriculamos 32 coches de empresa para Proinsa", añade. Hoy, casi cinco años después de la quiebra de esta firma, las ventas se han reducido hasta tal punto que las aseguradoras "en algunos casos, han pasado de los 20 contratos diarios a poco más de la mitad".

Alza en las reparaciones

El frenazo en la compra de coches de empresa también dañó a los vehículos todoterreno, cuya venta solía ir acompañada de importantes desgravaciones fiscales para el comprador. Talleres Recimil, concesionario de la marca Toyota, vende ahora sobre todo "vehículo medio y monovolumen", según apunta Juan Recimil. En proporción al precio que marcaban hace cinco años, "los coches tienen ahora un valor muy asequible, porque ofrecen más prestaciones por el mismo dinero", añade. Aun así, y debido a la inestabilidad de los empleos y a las dificultades para conseguir un crédito, los lalinenses prefieren alargar la vida de su antiguo coche hasta donde sea posible. "Si en épocas de bonanza las familias cambiaban su turismo al cabo de cinco años, ahora ni siquiera se lo plantean, aunque el coche tenga diez". De este modo también están cambiando costumbres como la de tener un coche de refuerzo en casa por si falla el de algún miembro de la familia. "Hoy en día, es más probable que haya un coche de menos y que padres e hijos tengan que turnarse a la hora de coger el coche", explica Recimil.

Por eso, en algunas ocasiones hay más movimiento en los talleres de reparación de los concesionarios que en sus salas de exposición de vehículo nuevo. Talleres Recimil, que comenzó a operar en Lalín en 1967 -primero en la calle Arenal y actualmente en Donramiro- sí detecta una ligera recuperación de las ventas gracias al plan PIVE, que fomenta la compra de vehículos eficientes. Esta firma nunca trabajó con objetivos de ventas anuales preestablecidos y, en caso de que tuviese que hacerlo "tendría que tenerse en cuenta el volumen de ventas del año precedente y la situación social y económica", recalca.

No solo Toyota vende sin objetivos. Éstos desaparecieron de los planes de producción de las fábricas, y de ahí que tampoco funcionen ya en concesionarios como Ibericar Gestoso, en el polígono Lalín 2000. Manuel Froiz, comercial de esta firma, recuerda que "si en años anteriores teníamos que vender 30 coches, los comerciales íbamos sobrados. Yo llegué a cerrar 40 transacciones en un mes". Las oficinas de Ibericar realizan estadísticas con el volumen de clientes que visita el concesionario, y en los últimos tiempos "tuvimos meses de 3 y 4 personas".

No obstante, esta firma tiene un as en la manga. Vende vehículos de la marca Renault y de Dacia, más asequible de precio y con una garantía de 3 años. "Por 5.500 euros el cliente prefiere comprar un Dacia nuevo que un coche de cinco años". El éxito de la casa rumana es tal que las fábricas se ven saturadas por el trabajo y, en algunos casos, los clientes tienen que esperar por su vehículo. "Tenemos ya ocho coches para matricular durante este trimestre. Si continúo a este ritmo, habré solucionado el año", confiesa Froiz.