Para muchos su nombre puede pasar desapercibido, aunque manejen a diario su obra. Se llamaba Ramón Silvestre Verea García y nació en la parroquia estradense de Curantes. Emigró a América y en el siglo XIX, concretamente en el año 1878, patentó en Estados Unidos una máquina de calcular que, a diferencia de los intentos anteriores, podía multiplicar y dividir con rapidez resultados de hasta 15 cifras. El prototipo que diseñó este inventor de A Estrada puede verse hoy en la colección que IBM posee en su sede de Nueva York. El padre estradense de la calculadora fue ayer protagonista de los actos convocados por la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria para celebrar el Mes da Ciencia e da Tecnoloxía en Galego. La figura de Verea se homenajeó, en el Día Mundial de la Ciencia, junto con la de Leonardo da Vinci.

El biógrafo de Ramón Verea, Olimpio Arca Caldas, impartió en el IES Xelmírez I de Santiago de Compostela la conferencia Ramón Vera, inventor galego antes más de 200 alumnos. Estuvo acompañado por el secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García y por el director del citado centro educativo, Manuel Portas. En el transcurso de la actividad, García Gómez animó a los estudiantes a reflexionar no solo sobre la importancia de la ciencia en sus vidas sino también sobre la importancia de hacer ciencia en gallego. "Porque los alumnos y alumnas de hoy seréis los investigadores y científicos de mañana y de vosotros depende que se siga haciendo ciencia en gallego", dijo.

Por su parte, Olimpio Arca se encargó de presentar al alumnado la vida y la obra de este ilustre estradense, como hizo en otras ocasiones en A Estrada para que la figura de este célebre vecino pudiese ser más conocida. Para trabajar en esta línea el Concello dedicó en octubre de 2009 una jornada para honrar la memoria de Ramón Silvestre Verea García. Como no podía ser de otra manera, se le recordó en Curantes, en su parroquia natal, donde se descubrió un busto del inventor, que hoy día se guarda en el consistorio estradense.

Su biógrafo explicó en su momento que la calculadora no fue la primera creación de Verea, puesto que con anterioridad había inventado un mecanismo para doblar los periódicos cuando salen de rotativas. Sin embargo, como no tenía dinero para patentar el aparato, terminó vendiéndolo en Estados Unidos. Arca reclamó durante años que se pusiese el nombre de este inventor de Curantes a una calle de A Estrada.