Aunque el volumen de trabajo del Consello Consultivo en casos vinculados a la zona se redujo respecto al año pasado -ha emitido cuatro dictámenes en lo que va de año frente a una decena en 2011-, los accidentes de tráfico en las principales vías que surcan la comarca siguen centrando la actividad de este organismo. Y, dentro de este apartado, los siniestros contra animales salvajes.

Los percances por los que solicitó la mediación del Consello Consultivo no sucedieron dentro de la geografía dezana, pero sí en una de sus carreteras más importantes, la autopista entre Ourense y Santiago, tristemente famosa porque en este año registró dos accidentes mortales, uno de ellos por la presencia de tres perros en la calzada. El Consello Consultivo negó la indemnización a una conductora que había colisionado contra un jabalí en marzo de 2011, en la entrada a la autopista en O Carballiño. Los destrozos del coche le supusieron un desembolso de 3.600 euros, que la chófer reclamó, sin éxito, a Medio Ambiente. El Consello Consultivo exime a éste del pago, pese a que reconoce la deficiente señalización alertando de la irrupción de animales. Es más, argumenta que dado que el jabalí "vaga libremente por todo el territorio", constituye un riesgo general de conducción, aunque la señalización es imprescindible solo si dicha presencia "es habitual y no esporádica". Distinta explicación da para el conductor que atropelló a dos puercos salvajes dos meses después, pero no en el kilómetro 73, sino en el 64, a la altura de Piñor. En este caso, entiende que la carretera sí está correctamente señalizada, por lo que el chófer no cobrará los 1.591 euros que reclama.

El zorro es otro de los "habituales" en la autopista. En este caso, el siniestro también tuvo lugar en el tramo gratis de la autopista, en Punxín. La reparación del automóvil costó 3.757,10 euros a su conductor, que tampoco será compensado por Medio Ambiente porque el Consello Consultivo respalda a éste apuntando que la zona no suele ser lugar de paso habitual de esta especie.

Y de la AG-53 a la AC-840, la carretera entre Agolada y Melide. En el límite ya con el municipio dezano, en 2008 un transportista vuelva su camión, debido al mal estado del firme, según apunta el conductor. Pero el dictamen final replica que la causa del accidente no fue el socavón, sino la "conducción distraída" en un tramo de curvas.