Las farmacias de las comarcas aplican desde hoy el sistema de copago sanitario, que implica el cobro de los medicamentos en función de la renta de cada usuario. Muchos pacientes de la zona han apurado los últimos días antes de la puesta en marcha de la medida, para acudir a las boticas y abastecerse de los medicamentos necesarios para evitar el abono exigido ahora. Preguntan por el funcionamiento del nuevo sistema y encuentran en su farmacéutico de confianza la respuesta, cuestión que implica un trabajo extra para los profesionales. "Somos el primer eslabón del paciente, los primeros a los que se nos pide información, así que supongo que ahora tendremos más trabajo", reconoce Pilar Ferro, boticaria en Vila de Cruces.

Todo ello redunda en el notable incremento del trabajo burocrático de las farmacias en los últimos años, según hace notar el farmacéutico titular más antiguo de A Estrada, Juan Durán, que lleva 32 años al frente de una de las farmacias más emblemáticas dela villa. Tanto él como su empleada, María Gestoso Paz, indican que estos días han recibido más flujo de clientes, preocupados porque no saben cómo les va a afectar el copago. Una vez que se les explica, apunta Durán, "lo entienden". Al aclararles que la aportación dependerá de su renta, "la gente se muestra supersolidaria", dice, convencido de que la medida no se explicó bien. Similar diagnóstico realiza el farmacéutico Luis Charro, marido de la titular de la farmacia de Cerdedo, María Jesús Gamayo. Señala que "mucha gente dice que habría que haberlo hecho antes" para evitar que el abuso y hacer sostenible el sistema, manteniendo la sanidad y evitando que haya que pagar operaciones en los hospitales. Para ello, apunta, es fundamental que no se cojan las medicinas que no se van a usar.

También Beatriz García, titular de una farmacia de Lalín, explica que ha pasado por su establecimiento "muchísima más gente" de lo habitual, en una semana, la última de mes, que acostumbra ser tranquila en las ventas. "Hay un continuo goteo", señala, sobre todo de pensionistas, que hasta el viernes desconocían si tendrían que pagar más del tope de 8 o 18 euros (no lo harán, según confirmó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo). García reconoce que "hay preocupación, pero también voluntad de pagar" entre la mayoría de los clientes, aunque los hay que protestan. "Lo malo es que es la farmacia quien pone la cara, pero a eso ya estamos acostumbrados", añade.

Desde la farmacia de Ramón Carballude, también en la capital de Deza, la impresión es similar. Detectan una desconfianza por parte de los usuarios, "más bien por lo que se pueda avecinar", temiendo que se apliquen más medidas similares que graven el sistema sanitario. "La gente no lo tiene nada claro, nos preguntan qué va a pasar", relata José Otero, de la farmacia de A Bandeira, en Silleda. Considera que debería de haber una mayor y mejor información por parte de la Consellería de Sanidade, tanto para profesionales como para pacientes. "No está muy claro nada, porque cambian los criterios cada dos por tres", reprocha. La suya, la de Juan Durán y la de Cerdedo son 3 de las farmacias de guardia este fin de semana, y por lo tanto, de las primeras en aplicar la medida. Una de las principales preocupaciones es cómo responderá el sistema informático. "Esperemos que funcione bien, si no en domingo no hay a quien llamar", aventuraba ayer Otero. Los farmacéuticos auguran que los primeros días serán "más engorrosos", aunque confían en el buen funcionamiento de la nueva aplicación informática. Durán creía que tenía suficiente información y Charro lamentaba que pese a ser profesionales "la información nos llegue prácticamente al mismo tiempo que al público". Se preguntaba si esto ocurre "por hacerlo sobre la marcha". "Confiemos en que sea algo lógico y sobrellevable. Si no, yo mismo siendo recaudador me sentiría incómodo", indicó, al empatizar con sus clientes.

Pagos en función de la renta y complicación con las recetas

El Real Decreto-ley 16/2012 establece que están exentos del pago las personas con rentas de integración social, pensiones no contributivas, parados sin subsidio de desempleo y afectados de síndrome tóxico, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Los pacientes activos con rentas inferiores a 18.000 euros tendrán que abonar el 40% del medicamento y los pensionistas un 10%, hasta un máximo de 8 euros al mes. Para los entre 18.000 y los 100.000 euros, es cobro es del 50% y el 10% respectivamente (en el último caso hasta un máximo de 18 euros). Los que perciban más de 100.000 euros tendrán que costear el 60% de la medicina (hasta un máximo de 60 euros al mes en caso de pensionistas).

"El problema fundamental son las recetas de papel, que no vienen identificadas con el TSI", que indica el tipo de paciente, explica Beatriz García. Así las farmacias no sabrán qué aportación le corresponde y tendrán que cobrar por defecto, hasta que no se regularice el sistema. En este sentido, Pilar Ferro, comenta que los recibos no electrónicos tendrán que acabar por introducirse en el método electrónico, trámite que "ya están probando" los técnicos de Sanidad.

Muchos estradenses, solidarios con los parados, critican eximir a quien no cotizó y pagar "las estafas" de los bancos

En sus 32 años al frente de su farmacia, el estradense Juan Durán ha visto "de todo". Por eso, tiene claro que "de esta vamos a salir" si se controla el gasto y el Gobierno español sabe utilizar los recursos que llegan de Europa". Con tanto dinero a un interés bajo y un amplio período de carencia, apunta, "cualquier empresa reflota". Pide que el dinero se inyecte a la "economía productiva" y que se controle el gasto. Convencido de que el problema sanitario surgió de "haber querido hacer que fuese mucho más que universal", sumándole además "100.000 pensiones no contributivas de personas que nunca vivieron aquí"y tienen derecho a pensión solo por sus antepasados, cree que el sistema "reventó" pero que se puede reconducir. Ve buena disposición en los estradenses. Señala que los más afectados por el copago, los jubilados, se muestran "muy solidarios con los parados" y están dispuestos a realizar un esfuerzo "para que los niños de los desempleados" puedan tener los medicamentos que necesitan. Ahora bien, a esos mismos jubilados –señala que el 85 o el 90% de los pensionistas locales cobran pensiones muy bajas, de la Agraria– "les duele" que queden exentos de pagar personas que "nunca cotizaron". Así, destaca Durán, muchos clientes le dicen que, con gran esfuerzo, cotizaron 35 años –cuando el seguro les costaba 500 pesetas y el litro de leche se pagaba a 16– y ahora ven injusto que "quien no quiso pagar" quede exento. También critican "tener que pagar las estafas de los bancos".

Admite que en los últimos días los estradenses han hecho acopio de las medicinas del mes, lo único que permite la tarjeta sanitaria. En la misma línea, el farmacéuticos Luis Charro admite que a ello hasta contribuyen los boticarios, informando a sus usuarios, como les gusta que hagan con ellos en otros negocios. Se trata de "ser consecuente" haciendo que "la gente sienta que estamos de su parte", sentencia.