En 2009, Adega el colectivo ecologista Adega formalizaba la compra de una casa y una finca abandonadas en Ramil (Agolada), vacías durante los últimos 40 años y cuya dueña, Xoana, aún permanecía nítida en los recuerdos de los más veteranos de la parroquia. Hoy, tres años después de que comenzasen las restauraciones, la Eira da Xoana funciona como el dinamizador medioambiental no solo de la parroquia, sino de todo el municipio, integrando todas las actividades vinculadas al paisaje con las tradiciones parroquiales que el tiempo quiso ocultar, como la Festa da Cabra –que antaño se celebraba en las inmediaciones de la casa– o el solsticio de invierno, en el cercano Cotón dos Fogos.

Este sábado, la finca volverá a ser una cita ineludible para todos los que quiera (re)descubrir los tesoros paisajísticos de Agolada. El Proxecto Ríos, nacido en el seno de Adega, dará la primera clase de su programa Roteirríos en este centro de educación medioambiental. Las aulas van encaminadas a conocer todas las iniciativas sobre el estudio y la conservación de la biodiversidad y, como siempre, están abiertas al público. Martiño Cabana, de la Universidade de A Coruña, dará a conocer los objetivos del programa Sarga, un acrónimo que responde a las iniciales del Seguimento de Anfibios e Reptiles de Galicia. La charla comenzará a las 11.00 horas para, en torno al mediodía, dejar paso a un aula práctica en el entorno de las charcas y ríos próximos a la Eira da Xoana y que abarcará buena parte de la jornada.

Tras la habitual tarea de limpieza y de trabajos comunitarios en la finca el primer sábado de mes, día 3, el 18 de marzo tendrá lugar la Feira na Eira, un mercado abierto a los productos naturales y artesanos del municipio y también de toda la zona del Alto Ulla. Además de poder adquirir alimentos cultivados bajo las pautas de la agricultura ecológica, los visitantes conocerán detalles sobre el comercio justo y, para pequeños y mayores, habrá música y juegos.

Premios de arquitectura

Por otra parte, la excelente restauración de la casa hizo merecedora a su arquitecta, Ángeles Castro, del primer galardón de los Premios Manuel Gómez Román, en 2010. En 2011, quedó finalista en los XIV Premios COAG de Arquitectura y los Premios Arquitectura Plus.