"Es la peor de las industrias. Yo trabajé en Cataluña en fábricas cercanas a plantas similares, hace 40 años, y aún hoy recuerdo el mal sabor de boca que teníamos a lo largo de todo el día". Antonio Daparte vive en Sanguiñedo, en la parroquia del mismo nombre de Dozón, y no duda en afirmar que la Sogama del Sur "nos queda demasiado cerca, tanto como si estuviese en el Monte do Eirelo", vecino al de Sanguiñedo. Eso sí, Daparte se consuela pensando que, si la incineradora se ubicase en este monte "los daños a nuestro concello serían peores, ya que afectaría a toda la zona de O Sisto".

Este vecino, al igual que la mayoría de los de Dozón, vive de su explotación ganadera y teme por los efectos de la incineradora en el campo. Cabía una ligera posibilidad de que las siete hectáreas que precisa la planta se ubicasen en Cusanca, pero al otro extremo de la parroquia y lindando con la Serra da Madanela, ya en el límite con O Carballiño. Pero los lindes con las tierras dezanas se antojan más idóneos por su proximidad a la autopista entre Ourense y Santiago, así como a los enlaces con la vía férrea y con la A-52 en Ribadavia. Conque su proximidad a Deza no pilla por sorpresa a Francisco Pérez, uno de los 32 vecinos ´oficiales´ de Abeledo. "Todos dábamos por sentado que la planta iría aquí. Hemos hablado con vecinos de San Cosme y están contentos, porque les dará vida al lugar". En San Cosme, la actividad agraria es mucho menor, dado que las fincas son minifundios y la población está muy envejecida. "Tendrán unas 30 vacas en toda la parroquia, menos de las que puede tener cualquier explotación de Dozón". Francisco Pérez ronda los 60 años y es el más joven de Abeledo. "Aquí vivimos cinco familias, y los vecinos más jóvenes no residen aquí. Imagino que, para construir la planta, recurrirán a habitantes de San Cosme y también de Dozón, pero no creo que nos contraten a nosotros", apunta, con ironía.

Una de sus vecinos, Sara González, muestra su extrañeza por la ubicación del complejo. "Desde el Concello nunca se nos informó de esto. Es más, el propio alcalde comentó, en más de una ocasión, que poco se sabía del proyecto". Esta mujer cree que todavía es pronto para valorar el impacto medioambiental de la planta, aunque no tiene duda de que se dejará notar en los cultivos. Ninguno de los vecinos de Abeledo tiene propiedades en los montes cercanos de Cusanca, pero sí prados muy próximos que sirven para pastoreo del ganado. "Estoy seguro de que el único beneficio, por llamarlo así, será el mayor trasiego por estas carreteras, gracias a los camiones de basura. Por de pronto, ya cuentan con el Camiño Real más ancho", añade Francisco Pérez.