"Es demasiado, es demasiado", repetía ayer Adolfina Galego Rodríguez al ser preguntada acerca del homenaje que le estaban tributando sus vecinos de Madriñán, parroquia en la que nació el 31 de agosto de 1911. "Ya llevamos de fiesta toda la semana...", añadía con el excelente humor que, según quienes la conocen, siempre la ha caracterizado. Arropada por su hermana, de 92 años, sus tres hijos vivos –otro falleció hace unos años–, otros familiares y sus vecinos, la mujer mantuvo la serenidad sin perder una sonrisa que se antoja perenne mientras recibía las felicitaciones de sus paisanos y familiares y de las autoridades municipales, con el alcalde, José Crespo, a la cabeza.

El homenaje tuvo lugar en el campo de la fiesta de Madriñán, que ayer terminaba sus fiestas en honor a San Adrián y San Antonio, cuyas figuras presidieron la eucaristía oficiada desde el palco de la música. Antes de la misa tuvo lugar el homenaje a la centenaria, que arrancó con el tradicional Cumpleaños Feliz a cargo de la Nova Banda de Vilatuxe y la Coral Polifónica de Rodeiro. Tras la presentación de Andrés Villanueva intervino el regidor local, que definió a la homenajeada como "una de esas mujeres que hacen grande a Galicia, porque, como dice nuestro himno, es buena y generosa". "Hay muchas formas de durar cien años y doña Adolfina los duró bien", valoró Crespo acerca de una mujer "poco amiga de las habladurías" que se dedicó a "hacer su vida".

Junto a su marido, fallecido hace casi dos décadas, tuvo negocios de venta de mineral y abonos, una cantina y un aserradero en Madriñán. La familia se trasladó después a Santiago, en donde estudiaban y/o trabajaban los hijos (tres hombres y una mujer), y abrió una casa de comidas para estudiantes junto a la estación. Y, finalmente, retornó a su casa familiar de Pedreira, en donde vive junto a su cuidadora y recibe continuas visitas de sus descendientes. Además de sus tres hijos, residentes en Vigo, Santiago y A Coruña, suma once nietos, doce bisnietos y un tataranieto.

El alcalde lalinense le entregó la figura de O Naranxo elaborada por Sargadelos a partir de un diseño de Laxeiro y las concejalas Paz Pérez y Eva González –sobrina nieta de Adolfina– le dieron un ramo de flores, mientras que otro se lo regalaron los vecinos. Uno de los hijos de la homenajeada, Alonso –autor del libro ¿Has plantado un árbol?, en el que recoge cuentos de su madre–, le obsequió con un brevísimo poema y se hizo eco de su pasión lectora, pues, ya nonagenaria, se atrevió con ejemplares tan extensos como Los pilares de la tierra o La pasión turca. También desveló otro de los secretos de su longevidad: Una cerveza o un vaso de vino a la comida y "el café con gotas, que eso si que no lo perdona". Y, si la digestión es pesada, nada de infusiones, licor café o málaga virgen. Y santas pascuas.