El gobierno gallego admite el interés de la empresa Estela Eólica por la construcción de una planta de tratamiento de residuos urbanos en el municipio de Dozón. Después de semanas de mutismo, el ejecutivo reveló el interés de la compañía [tercera empresa que más potencia ha recibido en el concurso eólico de la Xunta, con 186 megavatios (MW)], por asentar su planta incineradora de basura en la localidad castrense en función del proyecto registrado por la firma.

El anuncio surgió a raíz de una interpelación parlamentaria del BNG relativa a esta posibilidad y que trascendió en el día de ayer. El gobierno autonómico reconoce que según consta en la documentación presentada por la empresa para su planta de generación termoeléctrica de 50 megavatios, ésta estaría emplazada en el municipio dezano y contaría además con cinco plantas de transferencia similares a la ya existente en Silleda y que surte a la planta de Sogama, en Cerceda. Estos centros estarían localizados en los concellos de Agolada, Mazaricos (A Coruña), O Incio y Baralla (Lugo) y el ourensano de Chandrexa de Queixa. Por tanto, esto supone que la intención de la compañía es que la planta castrense almacene parte de los residuos urbanos de gran parte del territorio gallego y esta opción cobra más fuerza si cabe una vez que la planta tendría una capacidad máxima para tratar 900.000 toneladas de basura al año.

La futura incineradora, de cuya construcción ya había advertido también el PSOE lalinense, doblaría en espacio a la que tiene Sogama en Cerceda, donde se procesan unos 450.000 toneladas de desperdicios anualmente y estaría compuesta por plantas de clasificación de envases ligeros, de elaboración de combustibles derivados de residuos, de cogeneración y otra planta termoeléctrica. En la misma documentación se apunta que el recinto estaría dotado de un sistema de recuperación de metales, de inertes y de una depuradora.

De la denominada Sogama del sur tan solo se sabía hasta ahora del interés de Estela Eólica por Dozón para su planta, como recoge la documentación trasladada por la firma a la Xunta en el concurso eólico. Entonces la compañía cifró en 287 millones de euros su inversión en la construcción de la planta y propuso generar casi medio millar de puestos de trabajo de carácter indefinido. Estos contratos surgirían durante la construcción de la industria, entre 2011 y 2013, aunque la actividad no arrancaría hasta 2016.

Hasta ahora la Xunta había aludido a este proyecto a través del conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, quien admitió en varias ocasiones la necesidad de crear una segunda planta en Galicia, aunque nunca localizó el proyecto. Pero sí dijo que debería cumplir la normativa y en caso de que hubiese interés privado no se acometería con fondos públicos.