Representantes del colectivo Foro para os Cultivos Culturais (Focucu) presentó ayer en Lalín un balance del trabajo multidisciplinar que se desarrolló con distintos argumentos. La entidad dispuso de una finca en la zona de Donramiro cedida por la familia Areán Taboada en la que se cultivaron productos de huerta durante varios años, aunque la dimensión del proyecto no se simplificó en la obtención de hortalizas ecológicas cultivadas por miembros de la asociación, amigos y colaboradores.

La iniciativa se plasmó en otras manifestaciones culturales que se fueron desarrollando en los últimos meses y que culminaron ayer en el conservatorio de Lalín con la presentación de un material que recoge colaboraciones literarias, recetas de cocina, un cedé con composiciones inéditas de Benxamín Otero, o una reflexión de un arquitecto sobre la huerta como parte de esta arte. Mario Cortizo (marimba) y Carla Fernández Couso (piano) ofrecieron un concierto en el que abordaron dos creaciones de Otero, que también se entregan el la carpeta que se vendrá al público junto al disco compacto a un precio de 5 euros en la librería Alvarellos de Lalín. Veronica Persica incluye en el cedé una pieza con este nombre y otra; Estercar, y la carpeta presenta además fotografías de colaboradores y una receta del cocinero Diego "Molineras", del restaurante A Molinera de Lalín, de crema de calabaza con melón.

La música fue grabada en Barcelona y ayer se interpretó para colaboradores y personas vinculadas a Focucu, aunque la asociación pretende realizar otra presentación más adelante para el público. En la edición de este producto colaboran las asociaciones O Naranxo, Voluntariado Social O Bico Rabudo, Manuel Ferreiro y la editora recién creada Caldo de Cultivo.

Benjamín Otero y Celso Fernández Sanmartín estuvieron en el acto de ayer, en el que agradecieron la colaboración prestada para esta iniciativa de numerosas personas del municipio para el proyecto de huerta ecológica, musical y artística y, sobre todo, creativa. El poeta lalinense Carlos Negro cedió para la ocasión un poema y los arquitectos Luis Gil Pita y Cristina Nieto Peñamaría elaboraron bocetos relativos al perímetro de la huerta ecológica que funcionó entre los años 2008 y 2009.

Ahora, Focucu confía en retomar la huerta en otra localización y apuesta por mantener la filosofía de un proyecto que va más allá de plantar en un campo productos difíciles de localizar en el mercado.