Lalín "se queda" con las máquinas

El Polígono Lalín 2000 acoge la tercera edición de la KDD Gallega de Clubes organizada por Galicia Racing, y a la que acudieron medio millar de coches tipo racing

Ángel graña - Lalín

BMW, Volkswagen, Renault, Peugeot, Mini o Toyotas, entre otros, llegaron el pasado fin de semana de dentro y fuera de Galicia a Lalín para participar en la III KDD Gallega de Clubes que reúne a los amantes de los coches de alta gama tipo racing. El club Galicia Racing de A Coruña, con su presidente Tomás Rodríguez a la cabeza, fue el responsable de que la cabecera comarcal dezana volviera a ser una vez más el referente autonómico de una de las modalidades del deporte del motor. Hasta Lalín se trasladaron personas y máquinas, también, de comunidades próximas como la leonesa o la asturiana. La reunión lalinense ha sido precedida de dos anteriores en Santiago y fue calificada por el propio Rodríguez como "un rotundo éxito". El presidente de Galicia Racing anunció la celebración de la cuarta edición, el próximo mes de febrero, en tierras herculinas, aunque tampoco descarta repetir la experiencia en verano.

Los participantes en la KDD de Lalín llegaron en torno a las 11 horas al aparcamiento central del polígono dezano a bordo de sus flamantes vehículos. Poco después, fueron muchos los curiosos que hicieron acto de presencia en el lugar para admirar unos coches que pronto dejaron entrever sus entrañas tras levantar los respectivos capós sus propietarios. Varios participantes aprovecharon la ocasión para fotografiar las máquinas de sus compañeros para inmortalizar la ocasión, y también los hubo que en Lalín se reencontraron después de algún tiempo alejados.

La concentración de coches racing de Lalín se dio por concluida en torno a las 14 horas, cuando los integrantes de la comitiva encendieron los motores de sus automóviles y poner rum bo a algunos restaurantes de la comarca. Una representación numerosa de amantes de este tipo de coches hizo escala en el Fogar de Breogán de Santiso, donde dieron buena cuenta de un menú compuesto por pulpo, churrasco, tarta y café, además de chupitos. Sin embargo, los miembros de la organización prefirieron viajar hasta Silleda para disfrutar de las excelencias culinarias del restaurante O Coteliño antes de emprender el camino de vuelta a sus respectivos lugares de procedencia.

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