Deza pierde atractivo entre inmigrantes con la crisis y suben las marchas al extranjero

La emigración se mantiene en términos globales, pero los destinos foráneos crecen entre los que se trasladan

DANIEL FERNÁNDEZ - Lalín

La comarca de Deza está perdiendo atractivo entre la población inmigrante como lugar de asentamiento y trabajo desde que estalló la crisis económica, ya que los datos migratorios del Instituto Galego de Estatística (IGE) revelan una reducción del 20% entre los extranjeros que vienen a residir cada año a la zona. Al mismo tiempo, la emigración se mantiene en términos globales entre los dezanos, con un total de 1.140 que abandonaron alguno de los seis municipios durante el pasado año para residir en otros puntos de Galicia, España o el extranjero.

Precisamente, los destinos foráneos sí que están registrando un alza y cada vez son más los emigrantes dezanos que se van fuera de España, posiblemente porque la complicada situación laboral es la misma en todo el Estado. Cabe señalar que en 2009 se batió el récord reciente de emigraciones al extranjero con un total de 85 personas, una cifra superior a las 77 del año anterior, las 47 de 2005 o las apenas 13 de 2003. En algún momento, como es el caso del año 2007, se produjo un descenso de la emigración al extranjero habida cuenta la bonanza y el boom de la construcción en ese ejercicio, pero en general la marcha del país es una de las soluciones cada vez utilizada por bastantes dezanos en el actual contexto.

Por ayuntamientos, Lalín ha reducido su emigración externa tanto a otras comunidades españolas como al extranjero, pasando de 212 a 195 marchas. También ha registrado un descenso en la llegada de inmigrantes, reduciendo de 407 a 327 en un solo año. Ha incrementado ligeramente los procedentes de otras regionales españolas (de 153 a 163), pero ha experimentado una fuerte caída de los extranjeros (254 a 164), influenciados sin duda por el fuerte ascenso del paro.

Los silledenses, siguiendo la tendencia de la comarca, también han emigrado menos, especialmente a otros puntos de España, pero han registrado muchos más desplazamientos al extranjero para buscar trabajo (de 17 a 25), una misma evolución que comparten los rodeirenses y agoladenses.

Por su parte, Vila de Cruces, al revés que el resto de la comarca, ha visto crecer la emigración externa y ha pasado de 22 a 32 vecinos que han abandonado el municipio en pleno contexto de crisis bien a otra comunidad bien al extranjero. Destaca especialmente que los cruceños que se han ido a otra región han medrado de 18 a 28, una evolución inhabitual en la zona. Además, mientras Lalín y Silleda han visto caer fuertemente la cifra de inmigrantes de otras comunidades españolas o de países foráneos que venían a vivir en estos municipios, Cruces ha experimentado, inversamente, un ascenso de 100 a 106.

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