Lalín de Arriba abandera el parón del urbanismo

La urbanización acumula 800 días desde su inauguración sin ninguna solicitud de licencia de obra pese a que se insistía en que habría demanda de chalés

DANIEL FERNÁNDEZ - Lalín

El Agro de Lalín de Arriba prometía durante sus obras de urbanización, en plena bonanza, dar continuidad a los buenos resultados económicos y constructivos que había obtenido previamente la barriada de O Regueiriño. No obstante, la llegada de la crisis económica en 2008, justo cuando los trabajos se estaban rematando, dio al traste con las ilusiones económicas de sus propietarios, que eso sí tuvieron que sufragar 2,7 millones de euros por el coste de las cuotas de urbanización sin que hasta la fecha hayan conseguido recuperar un solo euro vendiendo los aprovechamientos urbanísticos resultantes.

Este desarrollo urbanístico, situado en la zona más elevada de Lalín junto al colegio Manuel Rivero, la ronda este y la nueva alameda, permanece como un auténtico desierto de tierra rodeado por aceras y calles sin vida ni tránsito. Desde su atalaya, el que se presumía como balcón de la localidad, languidece y abandera el absoluto parón urbanístico e inmobiliario que padece el municipio desde hace dos años y medio, un período en el que sobran los dedos de una mano para contabilizar las licencias concedidas para nuevos edificios de viviendas.

La urbanización, con capacidad para albergar 285 viviendas, fue inaugurada en septiembre de 2008, en el arranque de las fiestas patronales de As Dores con grandes perspectivas pese a que el pesimismo ya se había apoderado del sector del ladrillo. Hoy en día han transcurrido más de 800 fechas desde aquella efeméride y los solares siguen como aquella jornada, aunque alguno se ha aprovechado para depositar escombros dada su nula utilidad y salida al mercado. Por aquel entonces ya se atisbaba que las opciones de las parcelas en el mercado no eran buenas, pero el Concello tenía noticias de que sí habría cierta demanda para construir los 62 chalés previstos. Nada de nada. Más de dos años después, ni hay licencias ni se las espera.

No obstante, el parón ejemplificado por el Agro de Lalín de Arriba ha tenido ramificaciones en otros puntos del casco urbano. Así, la promotora del Plan de la Viuda ha desistido de la segunda fase, los planes Zarra de Ventureira y Canteiras do Areal-Batán no registran avances, las últimas empresas que adquirieron solares municipales no formalizaron la compra al completo y el propio Concello detuvo el SUE-3 ante posibles quejas vecinales por los pagos de la urbanización sin demanda de pisos.

Así, con el urbanismo detenido y los nulos resultados de los últimos planes, el interés de desarrollo de los dueños de otros enclaves ha desaparecido.

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