No tiene voz. No le hace falta. Es la tradición la que habla, la que relata en blanco y negro la esencia de un legado que se ha transmitido de generación en generación. El tañido de las campanas anuncia que ha llegado el momento. El alba ilumina el camino de subida al monte. La cámara del documentalista Jorge Cosmen, afincado en Barcelona, se pone en marcha. "La tradición siempre me gustó; desde hace años quería ir, conocerla y grabarla. Me lo propuse, fue un proyecto personal. Quise convencer a más gente pero no pude y entonces lo hice con los medios de que disponía en esos momentos. Mi intención es hacerlo más grande, con más medios. Fue una toma de contacto", relata al otro lado del hilo telefónico el director del documental que se estrenó en A Estrada en la noche del viernes y que recoge la fuerza que encierra la Rapa das Bestas de Sabucedo.

Cada visión de esta ancestral tradición es única. Cosmen muestra la suya en un documental dividido en dos partes. La subida al monte para reunir a los caballos, el curro o la fiesta que rodea a todo el ritual están recogidos en estas imágenes casi poéticas. El director apuesta por primeros planos, por recoger con detalle los rostros de quienes mantienen viva esta tradición, muchos de ellos surcados por las arrugas del esfuerzo y la experiencia. La fiesta, el baile. Todo hilado al son de la música del compositor estonio Arvo Part. Y llega la danza sobre la arena. Garañón contra garañón. El abrazo entre hombre y bestia. El rostro del aloitador. La expectación que crece entre el público. La mirada de la juventud llamada a perpetuar el legado.

Jorgen Cosmen visitó este año por vez primera Sabucedo para recoger cada momento de los tres días principales de esta fiesta. Siguió a los vecinos en su ascenso al monte, en las labores de reunión de las manadas y en su conducción a la aldea, donde los caballos de O Santo entran cada año de manera triunfal. "Vi mucho respeto y amor por los caballos" –dice- "Se confunde muchas veces. Si miras por internet hay mucha confusión. Sobre todo gente de otros países tienen una visión muy…no sé. De maltrato al animal. Cogen una imagen y la cambian totalmente de contexto y se piensan que son festivales de lucha con caballos y cosas así. Yo lo que vi es algo bastante primitivo pero nada de crueldad. Al contrario, mucho respeto", manifiesta.

El equipo desembarcó en esta parroquia de A Estrada el día anterior al primer curro de la temporada y fue siguiendo con su cámara todo el programa previsto. Cosmen reconoce que no tenía ninguna intencionalidad, no pretendía transmitir una idea concreta. Había salido al encuentro de las imágenes encerradas en fotografías que había contemplado sobre esta fiesta. "Veía que había algo como muy visceral, muy primitivo, muy crudo, de unión del hombre y la naturaleza y eso es lo que pensaba que podía conseguir", relata.

Como todo el que ha vivido desde la primera línea la Rapa das Bestas de Sabucedo, este documentalista guardará para siempre estas estampas únicas. Se reconoce impactado por momentos como el de la reunión de los caballos en el monte entre la densa niebla. La visión de las reses a lo lejos, su galope y su conversión posterior en un mar de caballos cuando son conducidas al curro.

Jorge Cosmen desea volver a Sabucedo. Según explicó ayer, está tratando de escribir una memoria para un proyecto que pretende presentar a la Xunta y al Concello en busca de financiación para hacer un trabajo más amplio, una iniciativa que podría hacer extensiva a otros curros celebrados en aldeas gallegas con la llegada del verano.

Sobre un fondo negro, el autor de este documental recoge al principio de la pieza una introducción que sintetiza el significado de la Rapa das Bestas. Las palabras finales podrían resumir su impresión sobre una tradición que Sabucedo ha convertido en fiesta de interés turístico a nivel internacional: "Al contrario de lo que algunos creen, esta es una fiesta de amor por los caballos y comunión con la naturaleza".