Carmen Reboredo, la madre de la joven Sonia Mouriño, fallecida ayer en el incendio de su casa de Barcia-Lalín, en el que también murió un octogenario que vivía con la familia, ha reconocido haber planificado el incendio de la vivienda y el posterior suicidio junto a su marido, explicaron a Efe fuentes oficiales.

La principal hipótesis de la investigación apunta a que los padres de Sonia, acuciados por las deudas económicas, habrían prendido fuego a la vivienda y posteriormente habrían planificado su suicidio escondiéndose en una fosa séptica, a donde habrían acudido para morir.

La mujer permanece desde ayer ingresada en el Hospital Clínico de Santiago de Compostela a donde fue trasladada para realizarle un examen psiquiátrico, mientras su marido, José Mouriño, se encuentra en la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra.

Ambos se encuentran detenidos como medida cautelar mientras se investigan las circunstancias del suceso, que están bajo secreto de sumario.

Fuentes de la Policía Local de Lalín informaron de que los bomberos habían apreciado un fuerte golpe en la cabeza de la joven fallecida, mientras que la otra víctima no presentaba ningún signo externo de violencia.

En este suceso resultaron con síntomas de intoxicación por humo la abuela de la joven fallecida y un tío, que también vivían en la casa.

Según las versiones de algunos vecinos de las casas próximas, la alarma la dio sobre las siete y media de la mañana un joven que ayudaba a la familia en las tareas agrícolas.

Son muchas las hipótesis que envuelven a este suceso que todavía tiene conmocionados a los vecinos de esta parroquia del municipio pontevedrés de Lalín debido a la confusión que rodean los hechos y por tratarse de una familia muy conocida en el municipio.

El cabeza de familia José Mouriño es muy apreciado en la comarca porque fue presidente de la cooperativa agrícola Xuncoga, y todos los testimonios recabados entre los residentes en la zona coincidían en que se trataba de una familia ejemplar, siempre dispuesta a ayudar a los vecinos.

Según las primeras hipótesis, después de más de seis horas de iniciado el fuego, los padres de la joven fallecida, que habían sido dados por desaparecidos y se trataba de localizar sus cuerpos, fueron hallados por un agente de la guardia civil que les oyó hablar cuando pasaba junto a la fosa de purín ubicada en el establo anexo a la vivienda.

Fuentes de la investigación dijeron hoy a EFE que el padre, José Mouriño, podría pasar mañana a disposición judicial, mientras continúa la investigación para tratar de esclarecer las causas de la tragedia.

Mientras tanto, los cadáveres de la joven Sonia Mouriño, de 21 años e hija del matrimonio, y de Amador Fernández Quinteiro, un octogenario antiguo trabajador de la explotación familiar que vivía con ellos, están siendo velados en un tanatorio de Lalín.

Está previsto que ambos reciban sepultura mañana domingo por la tarde en el cementerio de la parroquia de Barcia, donde residían.

Fuentes de la Guardia Civil informaron a Efe de que el caso está bajo secreto de sumario en manos del Juzgado número 2 de Lalín.