Se dice que la vuelta al cole nunca es fácil para los niños, pues no quieren volver a la rutina de los madrugones y los deberes. Pero para los padres tampoco resulta un camino de rosas. Los bolsillos se resienten cada vez más cuando llega septiembre, sobre todo en la educación de los más pequeños. La Xunta de Galicia recortó este año las ayudas para los libros en primero, segundo, quinto y sexto de primaria, mientras que tercero y cuarto -y toda secundaria- tendrán manuales gratis, siempre que las materias no cambien de idioma por el decreto del plurilingüismo.

Ante esta situación, parece que la crisis no entiende de términos educativos. La mayor parte de los padres aprovechan los primeros días de este mes para adquirir los libros de texto de primaria y desde las librerías notan un incremento de afluencia con respeto al año pasado. “Este ano foi excepcional porque case todos os pais, que xa tiñan o vale dos libros dende xuño, recolleron os manuais”, confiesa Mª Paz Cuñarro, dueña de la papelería Dalvi, de Lalín.

Pero las cosas cambian para la Educación Secundaria. Las librerías todavía están a la espera de recibir las listas de los libros de texto. “O curso pasado a estas alturas xa tiñamos o nome dos manuais, pero este ano é horrible”, afirma Amador Presas, propietario de la librería Xar.

La compra de los libros suele sobrepasar los 150 euros, cifra a la que hay que sumar el resto del material escolar. Los tutores prefieren esperar al inicio de las clases para adquirir estos artículos y confiesan que muchos de ellos son un gasto de dinero y un despilfarro, pues algunos no los usan durante todo el año.

La ropa, el eterno gasto

Además de los libros de texto y el material escolar, la ropa de los pequeños es otro de los gastos que cada año deben hacer los padres. Milagros Taboada, madre de una niña de 5 años, declara que, aunque es un desembolso importante, “prefiro aforrar nas prendas de roupa e invertir o diñeiro nun bo par de zapatos”.

Y es que tener un hijo sale cada día más caro y si tienes tres, los gastos se multiplican. Con una niña de 3 años, otra de 12 y un adolescente, Angélica Mazzoccoli hace cuentas para llegar a final de mes. “Me gasto mucho en ropa y material, pero sobre todo para la más pequeña, pues todo es más caro”.

Parece que, ante tal panorama, la mejor solución es ser abuela, y no madre. Carmela Segal, abuela de tres niñas de 5, 3 y un año y medio no nota la vuelta al cole. Su función recae en hacer regalos por Navidad y pasear a sus nietas, aunque confiesa que “se non chega a ser polos avós... (risas)”. Pero los padres, que siempre buscan el apoyo en los abuelos, tiene que arreglárselas solos en el terreno de la educación de sus hijos.