En noviembre de 2009, Ángel Utrera (presidente de la Banda de Agolada, profesor de fútbol durante varios años y socio de Amigos de Os Pendellos) terminaba una guía que, bajo el nombre de "Agolada en bicicleta" describe cinco rutas que permiten descubrir el entorno natural y etnográfico del concello. El libro fue remitido al concello que, varios meses después, explica que no puede publicarlo debido a la falta de fondos.

A la espera de que se pueda difundir, "Agolada en bicicleta" muestra los encantos del concello más allá de reclamos como Os Pendellos, la Ponte dos Cabalos o la iglesia románica de Ventosa, que alberga unos de los frescos más importantes de Galicia. De este modo, en su "Ruta dos pazos e dos ríos", el volumen sorprenderá al lector al indicar que en el curso del río Buxel se hallan diez molinos de agua, de los que uno aún puede funcionar y cuya ruta termina en la capilla de Santo Ángel. El río Ferreiroa también dispone de 11 de estas construcciones desde el lugar de Trascastro hasta su desembocadura en el Arnego. El aliciente de esta ruta es que en los dos últimos molinos todavía se conservan restos de la calzada de piedra y el puente que les daban servicio. Para el río Arnego, Utrera pide la habilitación de una ruta que comunique Ponte Vilariño con Carmoega y los Sobreirais. Todas estas rutas permiten, además, conocer casonas como la de Borraxeiros, Eidián –que fue un antiguo coto templario– o la Torre dos Catro ventos (parroquia de San Ciprián), que ni siquiera está catalogada.

A la riqueza de Agolada en cuanto a petroglifos, incluso en la cima del monte Farelo, se suman los tres sepulcros antropomorfos de Buxel (Artoño) o el conocido como "Guerreiro de Aián". Esta piedra posiblemente formó parte de un sepulcro y hoy sirve de columna en una vivienda.