Terra de Montes fue, sin duda, tierra de canteros. Aún hoy destaca por la presencia de estos profesionales, aunque "agora por afición, a maior parte están xubilados", explica el profesor, escritor e integrante de la Asociación Ecoloxista e Cultural Verbo Xido, Carlos Solla. De las manos de estos artistas salían y salen las más variadas y valiosas creaciones. Piezas hechas a mano, con el saber que los antepasados fueron transmitiendo de generación en generación. Pero la riqueza dejada por esta ocupación no se ciñe a las tallas que ahora puedan contemplarse en los más variados emplazamientos. Su legado va mucho más allá. Se deja escuchar en aquel "latín dos canteiros" o "verbo dos arginas", un lenguaje empleado entre sí por los profesionales del gremio y que llegó a convertirse en la lengua más empleada por los canteros para comunicarse entre ellos. Los años pasaron y, en la actualidad, son ya muy pocos los que dominan esta jerga críptica, un "idioma" casi indescifrable para los ajenos a este ámbito. "Antes os canteiros sabían o verbo e falaban entre eles, agora só usan algunhas palabras porque non teñen con que falar", indica Carlos Solla con la seguridad de saber muy bien de lo que habla. Cercano al mundo de la cantería, este intelectual lleva ya varios años inmerso en un proceso de investigación encaminado, no sólo a recuperar aquel vocabulario, sino, sobre todo, a facilitar su aprendizaje.

Para ello, se afana en completar el que será su próximo trabajo. Un manual "co que quero dispor as palabras de tal maneira e con exemplos, que a xente poida aprender o verbo". A falta de "darlle as últimas voltas" a esta útil obra –que quizás podrá ver la luz en el plazo aproximado de dos meses– Solla explica con el orgullo y la ilusión de trabajar en la recuperación de uno de los elementos que, sin duda, marcó la cultura de la comarca, los pormenores de su idea. El objetivo es que "O Verbo Xido; a fala secreta dos canteiros de Cerdedo", así es como prevé titularse este trabajo, ofrezca al lector las palabras agrupadas por campos semánticos. En el caso de los sustantivos, por ejemplo, el primero de ellos será el de la anatomía. "Vixos", "Garrias" "Xambras" y "Patilantes" son sólo algunas de las palabras que podrán verse en esta recolección. Una publicación que permitirá saber, por ejemplo, que las cuatro palabras citadas hace unas líneas –podría decirse que secretas para aquellos que no conocen este lenguaje– significan, ni más ni menos que ojos, manos, piernas y pies. Como estos ejemplos, serán otros muchos los que puedan irse poco a poco (o "giche e giche" si se prefiere) dominando. La intención es, según explicó Carlos Solla, que este trabajo contenga vocabulario del ámbito de la ropa, las piezas de la casa, los oficios, las herramientas de construcción o la familia, entre otros muchos campos. No faltarán tampoco adjetivos, verbos, coplas o expresiones populares. Y para que todo este esfuerzo no se quede en el papel, su autor piensa ya en crear un grupo de trabajo que permita aprender este idioma y adquirir el compromiso de emplearlo de vez en cuando "para mantelo vivo". Una meta que, de conseguirse, permitirá salvaguardar uno de los más singulares idiomas gremiales. Un lenguaje empleado por la mayoría de los canteros de Galicia pero de forma muy especial por los profesionales asentados en la provincia de Pontevedra. Un idioma que disponía de vocablos para definir desde unas cotidianas "Curubelas" (patatas) hasta la capital de Galicia, ciudad que denominaban "Velo de Mocas", en relación a la importante presencia de clérigos en Santiago. Sin duda, un completo lenguaje y un "Verbo Xido", una buena lengua.