Ana Cela / A ESTRADA

El conductor del camión que atropelló a mi padre no cometía ninguna infracción, iba en el límite de velocidad permitido", reconoce Mercedes Millán. En octubre del pasado año uno de los puntos más negros para la circulación en el término municipal de A Estrada se cobró la vida de su padre, un vecino de la parroquia estradense de San Miguel de Castro que fue arrollado cuando cruzaba la N-640 a la altura de Liñares. Desde entonces, su hija ha comenzado un arduo trabajo para lograr que se adopten, con la mayor celeridad posible, medidas encaminadas a reducir la siniestralidad en el fatídico punto kilométrico 200 de esta carretera nacional, la misma que une Chapa con Vilagarcía. Arropada por los vecinos de la zona, inició una campaña de recogida de firmas que serán elevadas al Concello de A Estrada, al Ministerio de Fomento y a todas las autoridades competentes en la materia. Más de 350 personas claman ya para que se establezcan medidas de seguridad que impidan a los vecinos asistir a un nuevo atropello o a otro fatal siniestro.

"Decir que fueron despistes es lo fácil", lamenta Mercedes Millán, para luego añadir: "no se puede seguir teniendo esta indolencia de la vida humana". Las personas que respaldan con su rúbrica el escrito que ya circula por el municipio apelan a la conciencia civil y solicitan que la velocidad a la que los coches circulan por esta zona se limite a 50 kilómetros por hora; que se delimite un paso peatonal; la instalación de un semáforo, bandas rugosas y la señalización de alerta que ponga sobreaviso a los usuarios de la N-640 de que atraviesan un tramo con intenso tránsito peatonal y especial peligro.

Este desafortunadamente conocido trayecto de la N-640, que atraviesa una zona en la que existen diversos establecimientos comerciales y hosteleros, posee diversos elementos que contribuyen a elevar su siniestralidad. Este tramo se encuentra en la actualidad limitado a 70 kilómetros por hora y en la proximidades de un cambio de rasante que dificulta la visibilidad en las maniobras de peatones y conductores. Tal y como recuerda la impulsora de esta iniciativa, este fatídico punto negro se ha cobrado en los últimos años la vida de al menos media docena de personas. Los vecinos presenciaron y auxiliaron a otro elevado número de accidentados.

Sin excusas

"Esto no admite excusas. Lo que está muy claro es que algo pasa en este punto; a gritos nos deja claro que algo pasa y que nos tienen que hacer circular más despacio por este lugar", comenta la hija de la última víctima mortal de este enclave. Mercedes Millán se resiste a creer que los despistes expliquen buena parte del sufrimiento y el miedo que los vecinos del entorno vienen arrastrando desde hace años y que se acrecienta con cada fuerte frenazo.

Solicitan que se confeccione un informe

Por otra parte, Mercedes Millán admitió durante la pasada jornada su intención de solicitar a las autoridades pertinentes un informe que atesore los índices de siniestralidad de este punto de la N-640. De igual modo, la intención de la promotora de esta campaña de recogida de firmas para que se incremente la seguridad para peatones y tráfico rodado en Liñares es que las autoridades de Tráfico confeccionen un estudio sobre este punto negro y realicen seguidamente una propuesta de las medidas que estimen más convenientes para reducir el índice de accidentes en este lugar. Para ello, esta vecina está dispuesta a ir departamento por departamento para recabar la máxima implicación con este asunto.

Obstáculos por ser una vía nacional

En otro orden de cosas, esta vecina se declara consciente de que para alcanzar su propósito tendrá que enfrentarse a un dilatado procedimiento al solicitar una medida de este calado para una carretera nacional. No obstante, quiere intentar que el concello estradense se involucre lo máximo posible en ello y desea por todos los medios "intentar hacer entender que, aunque exista una legislación, se están perdiendo vidas".