Los recientes fallecimientos de los párrocos titulares de las parroquias lalinenses de Noceda y Goiás, José Antonio Pardo Vilariño y Francisco Mario González Negro, volvían a poner de relieve las dificultades de la Iglesia Católica para cubrir las vacantes. Cada uno de ellos se encargaba de cuatro feligresías, que ahora han sido redistribuidas por el Obispado de Lugo entre otros curas, aumentando notablemente su carga laboral. A las bajas debidas a decesos, jubilaciones y enfermedades se añade la disminución de las vocaciones entre los jóvenes, aunque la comarca ofrece algunos datos para la esperanza, pues siete de los nueve seminaristas mayores de la diócesis lucense son de la zona, y también lo es uno de los cinco diáconos, ministros eclesiásticos de segundo grado, inmediato al sacerdocio.

Los 40 curas y el diácono seglar que están en activo en la comarca tienen que multiplicarse para poder atender las 159 parroquias civiles dezanas (la mayoría pertenecientes a la Diócesis de Lugo, excepto 24 de Vila de Cruces y 2 de Silleda, adscritas a la de Santiago). La Diócesis de Lugo se subdivide en la comarca en los arciprestazgos de Camba-Ventosa (50 parroquias y 14 curas activos), Deza-Dozón (54 y 15) y Trasdeza (29 y 7). El resto de parroquias dezanas forma parte de la Archidiócesis de Santiago, con el arciprestazgo de Piloño (24 parroquias, 4 curas y 1 diácono) y las unidades de Cira, en el arciprestazgo de Ribadulla, y Dornelas (Tabeirós).

Esto quiere decir que a cada sacerdote le corresponde atender una media de casi cuatro feligresías. No obstante, el reparto de las parroquias no se hace equitativamente, sino atendiendo al tamaño de cada una, a criterios históricos y geográficos y a las circunstancias personales de los presbíteros, un colectivo con una creciente tendencia al envejecimiento. Mientras algunos sacerdotes tienen a su cargo una o dos feligresías, otros deben asumir seis, siete o incluso once, caso de José Manuel Galego García, párroco titular de Vila de Cruces y récord de la comarca y de toda la diócesis compostelana en cuanto al número de parroquias civiles.

Al margen de este caso excepcional, hay 12 curas dezanos con cuatro parroquias a su cargo; nueve sacerdotes con tres feligresías; seis que tienen cinco y otros tantos que tienen dos; tres con seis feligresías; dos con siete y otros tantos con dos parroquias. La multiplicación del trabajo de los sacerdotes hace que en ocasiones no den abasto y se haga necesario reagrupar parroquias en lo que se denominan oficialmente unidades de acción pastoral. Esta reorganización puede dejar sin los oficios religiosos de los domingos algunas iglesias parroquiales, como ya han advertido varios párrocos a sus feligreses. A continuación figuran los nombres de las 41 personas encargadas de las 159 parroquias de la zona, ordenados según el número de ellas que cada uno tiene a su cargo:

Con 11 parroquias. José Manuel Galego García: Vila de Cruces, Besexos, Cumeiro, Larazo, Arnego, Loño, Oirós, Portodemouros, Duxame, Bodaño y Asorei. Algunas de estas feligresías han sido suprimidas eclesiásticamente como parroquias y se han constituído dos grandes unidades pastorales: Una está formada por Oirós, Besexos, Bodaño y Asorei, con misas todos los domingos en Oirós y alternas en Bodaño y Besexos, mientras que en Asorei, en donde ya no era costumbre la liturgia dominical, se han suprimido; y la otra la constituyen Larazo, Loño y Arnego, con oficios en domingos alternos en las dos primeras y algún sábado, como era costumbre, en la de Arnego. Cabe apuntar que José Manuel Galego cuenta con la ayuda de Ramón Montero Fernández, párroco jubilado de Oirós y residente en Vila de Cruces para atender algunas de las parroquias.

Con 7: José Manuel Amigo Junquera (Salgueiros, Ollares, Carbia, Sabrexo, Brandariz, Obra, Gres) y Manuel Cibeira Lorenzo (Dozón, Sanguiñedo, O Castro, Bidueiros, Maceiras, Saa, Vilarello).

Con 6: José Antonio García Otero (Cadrón, Muimenta, Parada, Toiriz, Cello y Cercio, las dos últimas por enfermedad de su titular, Juan Bautista Alonso Castro) y Ángel Iglesias Sarandeses (Agra, Sello, Val, Baíña y, temporalmente, Brocos y Sexto) y Manuel Villar Diéguez (Piñeiro, Abades, Pazos, Moalde, Cervaña y Lamela).

Con 5: Emilio Alvito García Fente (Camba, Río, Riobó, Asperelo y Senra), José Donsión Peña (Santa Baia de Losón, Busto, San Pedro de Losón, Fontao y Merza), José Vázquez Diéguez (O Sisto, Albarellos, Maceira, Álceme y Castro de Cabras), Ramón Fernández Boullosa (Cortegada, Laro, Oleiros, Parada y Margaride), el fraile saletino Amador Marugán Patiño (Xestoso, Graba, Refoxos, Fiestras y Siador) y Andrés Mazás Salgado (Camanzo, Añobre, Piloño, Bascuas y Cira).

Con 4: Arsenio Galego Méndez (Vilariño, Esperante, Gurgueiro y Ventosa), Ángel González García (Artoño, Berredo, Basadre y Ramil), José Penido Matos (Alemparte, Pedroso, Negrelos y Guillar), Sabino Seijas Domínguez (A Portela, San Salvador de Camba, San Xoán de Camba y Fafián), Samuel Fondevila Mato (Cangas, Rodís, Camposancos y Galegos), José García González (Sello, Palmou, Bermés y Val do Carrio), Francisco Lodeiro Vázquez (Botos, A Xesta, Doade y Vilanova), José Ramón Pena Taboada (Anzo, Noceda, Méixome, Madriñán, además de actuar como vicario parroquial de Busto, Fontao, Merza, San Pedro de Losón y Santa Baia de Losón desde 1999), José Luis Rodríguez Iglesias (Lebozán, Zobra, Lodeiro y Soutolongo), Luis Galego García (Ponte, Taboada, Vilar y Escuadro), Benedicto Iglesias Blanco (Breixa, Ansemil, Martixe y Saídres) y Julio Insua Villamayor (Silleda, Negreiros, Ocastro y Carboeiro, con ayuda de Gerardo Comeau y otros curas saletinos, además del arcipreste Luis Galego).

Con 3: Marcial Cando Díaz (Brántega, Carmoega y Órrea), José Cándido Vilameá Calviño (Merlín, Santa Comba y Bais), Aniceto Iglesias García (Rodeiro, Arnego y Carboentes), José Sarandeses Sixto (Borraxeiro, Eidián y, ya en el concello de Antas de Ulla, Facha), Francisco Porral Calviño (ya retirado, se encarga temporalmente de Goiás, Xaxán y A Veiga, en sustitución del fallecido Mario G. Negro), Bernardino Montoto Castro (Vilatuxe, Anseán y Barcia), José Rodríguez Fariñas (Prado, Bendoiro y Cristimil), Manuel Salgado Silva (Lalín, Donramiro y Donsión), José Espiño Matos (Manduas, Chapa y Rellas).

Con 2: José Carballo Ferreiro (Salto y Vilela), Rogelio González López (Pescoso e San Cristovo de Az), José María Iglesias Blanco (Trabancas y Ferreiroa), Elías García Carmoega (Filgueira y Santiso y vicario de Lalín, Donramiro y Donsión), Luis López Barredo (Moneixas y Catasós) y el diácono Guillermo Cedeira (Insua y Ferreirós).

Con 1: José Diéguez Fernández (Gresande) y Eduardo Puga Vila (Dornelas).

Constitución de unidades de acción pastoral

Una de las respuestas de la iglesia a la escasez de sacerdotes es la creación de las unidades de acción pastoral, que sería como agrupar a los feligreses diseminados en varias parroquias civiles. Así lo explica Miguel Gómez, vicario de pastoral de la Diócesis de Lugo: "Conservan a súa identidade parroquial, pero funcionan coma se foran unha única unidade. A filosofía das unidades pastorais é facilitar a evanxelización, rendibilizar os recursos que temos, que os curas non teñan que facer máis quilómetros dos necesarios e levar unha programación coordenada".

Ayuda de los saletinos

Estas unidades estarían atendidas por equipos de dos curas, como mínimo, con la ayuda de seglares y de religiosos, si los hubiese en la zona, como sucede en Silleda con los padres saletinos de Siador. Ahora mismo, la Diócesis de Lugo tiene nueve unidades pastorales en la comarca: 5 en el arciprestazgo de Deza-Dozón (sus cabeceras serían Lalín, Losón-Noceda, Vilatuxe, Cercio y Dozón); 2 en Trasdeza (en torno a Silleda y Bandeira); y 2 en Camba-Ventosa, que equivalen a los municipios civiles de Rodeiro y Agolada.

Propuesta para una nueva iglesia en Lalín

El párroco de Lalín, Manuel Salgado, planteó recientemente una propuesta al concello para la construcción de una nueva iglesia o capilla en la zona sur de la capital dezana. La iglesia dispondría ya de los terrenos, cedidos, según el alcalde, por la familia Ulloa. La iniciativa, que está completamente parada, permitiría diversificar el culto ante el crecimiento demográfico de la localidad.

Capilla en A Romea

En donde sí hay una capilla es en los tanatorios de A Romea, aunque está infrautilizada por la negativa del párroco a oficiar allí los funerales, como sucede en lugares como Santiago de Compostela. El concello quiere que sea así para evitar los problemas de tráfico y rentabilizar la inversión realizada.