Javier Gómez Noya está de vacaciones forzosas. El mejor triatleta de todos los tiempos, al que se le concedió el Premio Princesa de Asturias de los Deportes en la actual edición, volverá a ejercer de padrino. Fue una de sus mejores noticias que recibió en una temporada extraña. Una lesión ha truncado el poder luchar por sus objetivos.

El Desafío Pastor Islas Cíes es para Javier Gómez Noya muy especial. Fue en Vigo donde disputó la primera prueba cuando todavía era juvenil. Un recuerdo imborrable. Uno de sus deseos es volver a competir en la ciudad donde se inició su leyenda. El año pasado no pudo ser por una gripe. Esta vez por una lesión.

"Una caída un poco tonta de la bicicleta". Así describió la lesión en el brazo por la que tuvo que ser operado a finales del mes de julio. Ello suponía el tener que renunciar, de forma obligatoria, a los Juegos Olímpicos de Río. Javier Gómez Noya sufrió un duro revés, pero su capacidad de superación no parece conocer límites. Y declaró que a lo mejor en los Juegos Olímpicos de Tokio podría luchar otra vez por las medallas.

El triatleta había renunciado a participar en las pruebas del Mundial, que ha ganado en multitud de ocasiones. Su mirada estaba puesta en la playa de Copacabana. Ahora descansa, pero el Desafío Pastor Islas Cíes es para él algo muy especial. Reconoció que uno de los mejores aspectos del mismo es la cercanía con el público, la implicación y el trabajo de la organización y la promoción de esta modalidad deportiva. Javier Gómez Noya ejercerá de padrino y también de icono imprescindible en una prueba en la que tiene el deseo de participar.