Flores para una mentora eterna

El entorno del río Lérez se llenó este viernes de flores y sonidos de tambor en un sentido homenaje a una de las mujeres sinónimas con lo que significa el baloncesto en Pontevedra: Maite Méndez, fundadora y entrenadora del Arxil fallecida en abril de este año. La ceremonia formó parte de la ofrenda floral que anualmente realiza la asociación de piragüismo Libélulas BCS Pontevedra-Club Naval, conformada por un equipo de mujeres supervivientes de cáncer de mama que compiten en la modalidad de dragon boat (barco dragón). A ellas se sumaron otros clubes de toda Galicia involucrados en esta modalidad, como los coruñeses Bolboretas y Auga Dragón, el Folixa de As Pontes, el Cidade de Lugo y el Breogán de O Grove.

Las embarcaciones, que incorporaban en su tripulación jugadoras y entrenadoras del primer equipo que compartieron experiencias con Méndez, partieron desde el Club Naval en su travesía por el Lérez, para virar en el entorno de los Tirantes y llegar al puente de O Burgo, donde se celebró la ofrenda floral con palabras de recuerdo a los fallecidos y afectados por el cáncer, así como en tributo a la propia entrenadora pontevedresa, impulsora del Club Baloncesto Arxil desde el año 1984 y entrenadora de su primer equipo en más de medio millar de partidos oficiales repartidos en tres décadas.

En el emotivo acto en su memoria participaron miembros del cuerpo técnico y la directiva del club, así como ex jugadoras de todas las categorías del Arxil, que estuvieron acompañadas por la comitiva de los clubes de piragüismo participantes en la ofrenda y los representantes políticos.

Además del recuerdo a las supervivientes y fallecidas por el cáncer de mama, la jornada también contó con un alegato por parte de Libélulas en nombre de los avances por la investigación para erradicar esta enfermedad, así como unas palabras escritas por la autora lerezana Fina Casalderrey, que no pudo acudir al acto por problemas de agenda. «Biquemos unha flor por Maite, esa muller que soubo facer nacer flores na propia neve ata o seu derradeiro alento. E tamén por todas aquelas compañeiras que voaron lonxe polo cancro de mama. Biquemos as flores e lanzémolas á auga», recitó.

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