El Pontevedra opta por el cerrojo

La visita del Pontevedra al feudo de San Fernando este domingo (Estadio Iberoamericano 2010, 16.00 horas) marcará la pauta del equipo granate en la recta final del campeonato de liga y para ello, la escuadra lerezana ha optado por poner el candado y entrenar a puerta cerrada durante todas las sesiones que restan hasta ese definitivo encuentro ante el bando dirigido actualmente por el ex granate Pablo Alfaro. Una reclusión que ha ido acompañada del silencio de los jugadores, sin comentarios sobre el próximo choque al estar concentrados al 100% en la próxima cita liguera.

No obstante, el cuadro entrenado por Juan Antonio Señor desarrolló ayer su tercer entrenamiento de la semana en completa normalidad, cambiando a última hora el tapete del Manolo Barreiro, en A Xunqueira, por el césped de Pasarón. Los granates se ejercitaron en su estadio con las ausencias de Churre y Alberto Rubio por problemas físicos, mientras que Rufo, que si calentó con el grupo, se hizo a un lado cuando llegó el momento de los habituales partidillos.

Fue en esa parte de la sesión donde el Pontevedra hizo el trabajo de índole más táctica, con notables variaciones en el once titular, todo ello de cara a dar con la tecla en el partido ante los gaditanos. En ese aspecto, Señor probó la defensa de tres, con Seoane, Soto y Luis Martínez, mientras que Bastos y Gonzalo Bueno actuaron como carrileros, además de un doble pivote con Javi Robles y Miguel Román.

Una posibilidad de once que cobra sentido con las bajas seguras de Borja Domínguez, que cumple ciclo de amonestaciones, y Churre, que sigue aquejado del golpe recibido ante el Alcorcón.

Primera vuelta

La visita al San Fernando poco tendrá que ver con el partido disputado en la primera vuelta en Pasarón, con ambos equipos en una situación clasificatoria diametralmente opuesta. En aquella jornada, el Pontevedra de Antonio Fernández cuajó unos primeros 20 minutos excelentes en ataque para poner el 2-0 y arrastrar ese resultado hasta el pitido final, con el equipo entrenado por aquel entonces por Salva Ballesta luchando hasta el pitido final por el empate.

Suscríbete para seguir leyendo