Equivalentes en cuanto a la categoría, pero muy diferentes en la práctica. Al Pontevedra le han bastado seis jornadas para comprobar que la Primera Federación tiene poco que ver con la antigua Segunda B. El conjunto granate solo ha conseguido una victoria, contra el Talavera (3-0), a pesar de haber dejado muy buenas sensaciones en cuanto a juego en los primeros encuentros que ha disputado esta temporada.
El equipo de Antonio Fernández es actualmente decimotercero con seis puntos, solo uno de ventaja sobre la zona comprometida, que marca el Badajoz. Empezó la liga con un empate a un gol contra el Alcorcón en Pasarón, después cayó a domicilio contra el San Sebastián de los Reyes (2-0), después llegó la única victoria en lo que va de competición, 3-0 contra el Talavera de la Reina; en la cuarta jornada, empató 1-1 a domicilio contra el Deportivo de La Coruña; en la quinta, empate sin goles contra la Balompédica Linense en Pasarón y el pasado sábado, una nueva derrota a domicilio contra el Mérida (2-0).
En las dos últimas décadas, solo hubo dos ocasiones en las que el Pontevedra acumuló menos puntos tras la disputa de las seis primeras jornadas de liga. Fue en las temporadas 2015-2016 y 2017-2018. En ambas, los granates tenían 4 puntos, pero su posición en la clasificación era mucho peor: en 2015 eran decimoctavos y en 2017, decimosextos. A final de temporada acabarían novenos y decimocuartos, respectivamente, salvando la categoría en ambas ocasiones.
Uno de los alicientes que debe tener el conjunto de Antonio en la actualidad es que la evolución de la competición es lo que va a marcar su desenlace. En la antigua Segunda B hubo campañas que empezaron de forma muy similar a esta y que acabaron con el Pontevedra en zona tranquila o incluso en play off.
