La ciudad de Pontevedra firmó otro capítulo histórico en la historia del triatlón con la celebración de la prueba de la Copa del Mundo, que no solo sirve como antesala a la Gran Final de las Series Mundiales que se disputará el año que viene, sino que también ha dejado para el recuerdo una carrera masculina con el protagonismo absoluto de los españoles Sergio Baxter y Antonio Serrat, primero y segundo clasificado, respectivamente.
Un doblete español que recordó al logrado en este mismo escenario en 2019 por Javier Gómez Noya y Pablo Dapena en el Campeonato Mundial de Larga Distancia disputado durante el Festival ITU Multisport.
Oro y plata en una prueba masculina en la que, además de los dos de cabeza, otros tres triatletas nacionales acabaron entre los diez primeros: Genís Grau, quinto; Jordi García, octavo, y Antonio Benito, en décimo lugar.
La carrera femenina, sin embargo, estuvo marcada por el alto ritmo de las españolas en el tramo de bicicleta, con Noelia Juan, Sofía Aguayo y Natalia Castro marcando los mejores tiempos sobre dos ruedas.
Fue Juan quien terminó más arriba, en sexta posición, a medio minuto de las escapadas que completaron el podio: la checa Petra Kurikova, la alemana Lisa Tertsch y la francesa Sandra Dodet.
La prueba pontevedresa de la Copa del Mundo, la cuarta de las once que se disputarán internacionalmente en este 2022, congregó en las calles de la ciudad a cientos de aficionados que, tras dos años de pandemia, pudieron volver a disfrutar en vivo del triatlón de alto nivel.
La carrera a pie, clave
El recorrido por el casco viejo de Pontevedra resultó ser trascendental a la hora de determinar los ganadores de ambas categorías en la prueba de ayer.
La natación, con el Puente de los Tirantes y el Lérez como escenario, abrió la lata, pero no marcó diferencias en el crono de manera notable, al igual que la parte de bicicleta. En el caso de la carrera femenina, se abrieron pequeños márgenes que fueron neutralizados en pocos metros ya sobre la bicicleta.
Sin embargo, la transición a la carrera a pie no dejó lugar a dudas de que quien mantuviese el ritmo se llevaría el triunfo, con la checa Kurikova y la alemana Tertsch por delante, que arrasaron con la ventaja obtenida del quinteto formado por la británica Sophie Alden, la alemana Lena Meissner, la belga Jolien Vermeylen y la ucraniana Maryna Kyryk.
La prueba masculina se compactó desde la primera zambullida en el río hasta bien entrado el sector de la bicicleta, con un grupo de cuarenta triatletas en el que apenas había diferencias y nadie se quería arriesgar en demasía.
Tuvo que ser la carrera a pie la que generara huecos y la lucha por las medallas pasó de tener casi medio centenar de candidatos a una decena, con varios españoles en liza estirando al máximo la cuerda.
Finalmente, Antonio Serrat, acompañado por Sergio Baxter y el suizo Max Studer, noveno en los Juegos de Tokio, lograron escudriñar una ventaja que superó los veinte segundos de renta en las últimas vueltas y cerró por completo la lucha por la victoria y el color de los metales.
Llegando a la Praza da Ferrería en la última vuelta, fue el murciano Baxter quien tuvo arrestos de atacar a sus perseguidores y fue capaz de mantener la renta obtenida hasta el final para llevarse la victoria en Pontevedra.
Gómez Noya, presente entre el público
El pentacampeón mundial de triatlón Javier Gómez Noya hizo acto de presencia en la prueba de Copa del Mundo de Pontevedra, siguiendo las dos pruebas y recibiendo a los ganadores a pie de pista tras el final. El triatleta pontevedrés se había preinscrito para la prueba, pero decidió no participar en favor de otros compromisos.
Terraceo y deporte
Familias, turistas y decenas de aficionados al deporte procedentes de distintos países. Fueron ayer el público mayoritario del triatlón, que convocó en las plazas del centro histórico a decenas de espectadores que, muy especialmente, llenaron las terrazas en un fin de semana en el que la hostelería local estuvo ocupada al 100%.
“No soy muy aficionada al deporte, menos a practicarlo yo”, explica Zita, que con más de 70 años era ayer una de las espectadoras más veteranas del triatlón. Reconoce que siempre le gustó el deporte pero nunca como asidua practicante, y que apenas había oído del triatlón hasta los triunfos de Gómez Noya. “Después”, explica, “empezaron a celebrarse en Pontevedra y me aficioné”.
Es una de las espectadoras que ayer se dio cita en el centro histórico para presenciar las pruebas. Los voluntarios explican a FARO que “no hubo una avalancha de público, pero sí que desde que las chicas corrieron se empezó a juntar gente para animarlas”.
Familias, turistas y aficionados al triatlón (reconocibles por su ropa deportiva, mochilas y complicidad con los deportistas) se apostaron a partir de las 14.30 horas en distintos puntos del recorrido para disfrutar de la prueba. La afluencia se vio potenciada por una jornada central para el turismo local, de modo que cuando los atletas corrían cientos de espectadores se daban cita en las plazas del centro histórico.
A Leña, A Verdura o Marqués de Aranda eran algunas de las plazas abarrotadas antes de la prueba.
Especialmente, este efecto era visible en las zonas más cercanas al epicentro del triatlón, a la cabeza Méndez Núñez, en donde la música en directo contribuyó a multiplicar el ambiente.
Cuando los triatletas de cabeza llegaron al centro histórico, no solo los recibieron la música sino también espectadores de distintos países, dispuestos a animarlos. Especialmente, la plaza detonó al paso de los deportistas españoles, recibidos con un aluvión de aplausos y ánimos.
No obstante, hubo para todos, ya que durante la prueba y en varios puntos del recorrido se reiteraron las frases de ánimo en distintos idiomas.
El triatlón, literalmente, llenó la ciudad. Los hoteles registraron niveles máximos de ocupación y otro tanto sucedió con la hostelería.
El epicentro de la zona monumental amaneció ayer vallado y con limitaciones en los accesos a garajes. Los voluntarios explican que no se produjeron excesivas protestas. “La gente comprende que se trata de algo especial”, explica a FARO en la calle César Boente uno de los colaboradores, “solo hubo algunas protestas de gente que trabaja para entrar en los parking”.
Por su parte, los peatones apenas tuvieron problemas para moverse, ya que los intercambios entre las calles valladas se produjeron con rapidez, a medida que los deportistas iban pasando.
Por lo demás, fue una intensísima jornada de terraceo y disfrute del deporte. El primer recorrido, protagonizado por las jóvenes, convocó a bastante público, aunque sin aglomeraciones, en puntos como la plaza de A Peregrina, mientras que la prueba masculina fue la que contó con un mayor número de espectadores, encantados de una ciudad que disfruta lo mismo de una caña con la familia y los amigos que del deporte.
