El empate sin goles del Pontevedra frente al Marino de Luanco del pasado domingo pudo haber tenido consecuencias más allá si el equipo perdiese a Charles para próximos partidos por lesión. El delantero pidió el cambio después de un encontronazo con el portero visitante, Buru, y abandonó el césped de Pasarón cojeando, lo que desató las alarmas. Sin embargo, el pichichi granate, un futbolista veterano y que conoce muy bien su cuerpo y sus limitaciones –tal y como recordó el entrenador, Ángel Rodríguez–, lanza un mensaje de tranquilidad al señalar que “no creo que sea nada grave”.

Charles explicó que el portero del Marino de Luanco, Buru, “se me cayó encima de la rodilla y me la dobló”. A consecuencia de este golpe, al delantero “se me subió la parte del isquio más cercana al glúteo”, por lo que pidió el cambio al banquillo. “Para estar cojeando, mejor que entrase otro compañero”, señaló un implicadísimo Charles.

Sobre el empate del pasado domingo, el delantero comentó que “creo que los partidos en casa van a ser así todos, sobre todo ahora que los equipos se juegan algo, no descender o estar arriba” y sacó como lectura más positiva que “seguimos dependiendo de nosotros mismos y creo que el equipo ha estado bien. Generamos bastante y atrás hemos estado bastante bien, nos faltó el gol”.

El brasileño se refirió también al gol que le anuló el colegiado por una rigurosísima –incluso inexistente– falta de su compañero Yelko Pino sobre el portero del Marino. “Creo que es injusto. Justo estoy de frente y Yelko no le hace nada al portero, no sé lo que pensó el árbitro, pero el partido acabó en empate y hay que pensar en el próximo”, destacó Charles.

En la misma línea se expresó el capitán, Álex González, pero en referencia al penalti de Trabanco sobre Brais Abelenda que el colegiado no señaló. “Son lances del juego. El árbitro no lo ha visto o ha considerado que no era penalti, no podemos escudarnos en eso”, apuntó el extremo cántabro, que lamentó que “al final hubo muchas interrupciones en el tiempo de descuento y te queda la sensación de que no se dio el tiempo que se tenía que dar en el campo, pero son cosas que no podemos controlar, no dependen de nosotros”.