Sin contacto y sin poder utilizar los vestuarios. Así ha sido la vuelta a los entrenamientos del Pontevedra CF tras las vacaciones de Navidad. La plantilla granate se sometió ayer martes a unas pruebas PCR que detectaron un único positivo por COVID que se mantiene confinado en su domicilio, y otros tres futbolistas más están trabajando al margen del grupo por precaución por haber tenido contacto con algún caso positivo. “Es un poco raro porque nos fuimos con la pandemia en un estado tranquilo y volvemos con las cosas complicadas. Han cambiado los protocolos, no podemos usar el vestuario, el entrenamiento es casi sin contacto... Es un poco raro, pero toca adaptarse”, señaló el capitán, Álex González, tras la sesión de esta mañana en el campo de Xeve.
En este sentido, el extremo cántabro admitió que “al principio cuesta un poco más porque hacemos cosas que no son tan propias del fútbol, con poco balón. Cuesta un poco adaptarse, pero sirve también para trabajar. Dentro de nuestra burbuja dentro de poco podremos funcionar con normalidad”.
Han sido unas vacaciones navideñas inusuales para los futbolistas del Pontevedra. “En mi caso no tuve relación con nadie durante las vacaciones”, comentó Churre, que explicó que “las cosas se estaban poniendo cada vez más complicadas y, más por temas familiares que personales, intentas evitar quedar con gente, que a todos nos apetece, pero tal y como está todo no era lo correcto”.
En cuanto a los entrenamientos, el club ha querido ser estricto con el protocolo para evitar que surjan más casos en la plantilla. Así, por el momento los jugadores seguirán sometiéndose a pruebas de antígenos todas las semanas, en principio los viernes, antes del partido del fin de semana, y la semana que viene, tras las dos jornadas de descanso que tendrán para seguir disfrutando de las fiestas en familia, volverán a hacerse test PCR antes de retomar los entrenamientos.
“Venimos con la ropa de casa y nos la llevamos, casi como al principio de la pandemia, que estuvimos así un tiempo. Espero que esto sea breve y que no se alargue, aunque no es un gran inconveniente. El tema de contactos en los entrenamientos, creo que poco a poco iremos haciendo más, esto fue sobre todo el primer día para prevenir un poco más, que nunca viene mal, pero creo que las cosas van a volver a la normalidad en breve”, explicó Churre.
El entrenamiento de esta mañana a las órdenes de Ángel Rodríguez fue como una primera toma de contacto tras las vacaciones, para que el equipo empiece a cargar un poco las piernas e ir cogiendo el ritmo de cara al regreso de la competición el próximo 9 de enero, con la visita del Palencia a Pasarón, partido que pondrá fin a la primera vuelta de la liga en el grupo I de Segunda RFEF. El Pontevedra marcha segundo, a cinco puntos del líder, el Unión Adarve, con lo que encara la segunda parte de la competición con el objetivo de adelantar al cuadro madrileño y hacerse con la plaza de ascenso directo a Primera RFEF.
“Llegamos todos bastante bien, aunque estés de vacaciones en casa siempre haces algo, no puedes estar parado 10 días porque si no la vuelta sería más dura”, apuntó Churre.
