Un gol en el descuento condenó al Pontevedra ante el Sporting de Gijón B en un partido en el que los granates estuvieron mal con la pelota y las ocasiones que crearon fueron sobre todo a balón parado. El equipo de Luisito se queda en la segunda posición de la clasificación, solo un punto por encima del descenso a falta de dos jornadas para acabar la liga. Serán dos últimos encuentros a cara de perro por la salvación con la única buena noticia que ha dejado el fin de semana: los granates dependen de sí mismos.
El partido empezó de la peor forma posible. Cuando los equipos todavía se estaban asentando sobre el verde, el Sporting se adelantaba en el marcador tras una jugada personal de Diego, que ponía un buen pase interior a Berto para que este marcara de disparo raso cruzado. No se habían cumplido siquiera los primeros cinco minutos y al Pontevedra le tocaba remar. A pesar de sus imprecisiones en el último tercio del campo, los de Luisito lo intentaron de todas las formas posibles. Santi, muy activo en ataque por la derecha, puso un centro que Rufo cabeceó llegando desde atrás muy desviado. A punto de cumplirse el primer cuarto de hora avisó de nuevo el Sporting, con una llegada por la derecha que acabó en un centro raso que Pol Bueso despejó mal, pero que Álvaro Cortés atajó sin problemas.
Algo inseguro el central en las labores defensivas, se desquitó con un par de envíos al área que llevaron mucho peligro. El primero, en el minuto 16, lo remató Rufo con una volea de tijera que se le fue alta, y el segundo fue el germen del empate. En el minuto 22, su centro desde la izquierda lo intentó rematar de tijera Álex González, pero apenas tocó la pelota, que le cayó mordida a Rufo en el corazón del área y esta vez el ‘nueve’ no falló.
Los granates continuaron dominando y buscando la portería contraria sobre todo a base de centros laterales, pero con poco acierto. Al filo del descanso, Borja tuvo el 2-1 tras un pase de Álex a la medialuna del área, pero su remate se estrelló en el palo antes de salir por línea de fondo.
La primera ocasión de la reanudación fue un disparo muy lejano de Rufo, a la media vuelta, que salió rozando el palo. Fue casi la única aproximación granate en el primer cuarto de hora, con el Sporting B inquietando con su velocidad. La plantilla empezaba a notar la presión mientras intentaba aprovechar las jugadas a balón parado. Damiá probó suerte con una falta directa que despejó el portero y el rechace lo recogió Rufo, rematando desviado.
La entrada al campo de Koné, que en el primer balón que tocó puso un centro que se quedó muerto en el área pequeña y despejó Álex, fue determinante. El visitante volvería a llevar peligro tras regatear a Damiá y dejar solo a Santamaría ante Álvaro, que rechazó su remate. Lo volvió a intentar Damiá con una falta directa que el portero enviaba in extremis a córner. En ese saque de esquina, Martín cabecearía alto. Tampoco acertaría de cabeza Jorge Fernández en un centro de Aitor.
Al filo del tiempo reglamentario llegarían dos ocasiones claras para el Sporting en dos fallos defensivos. Primero, en un error de Xisco que intentó aprovechar Iván Elena, pero Cortés sacó una mano milagrosa para evitar el gol. Después no pudo hacer nada en el que sería el 1-2 definitivo, en el que Koné lo bate por bajo tras un fallo de Imanol. La afición, que no llegó al cupo de 3.000 espectadores que podían acudir a Pasarón, sigue frustrada y se oyeron pitos durante el partido.
