El Pontevedra CF puso el punto y final a la primera fase del campeonato liguero con una decepcionante derrota a domicilio (2-1) en feudo del colista de grupo, un CD Guijuelo que llevaba sin ganar desde el 1 de noviembre y que sólo había marcado un gol en las últimas siete jornadas. Los de Luisito firmaron un partido muy malo en tierras salmantinas y siempre a remolque de marcador encajaron una dolorosa derrota en lo anímico, justo antes de encarar la promoción de descenso directo.

El once escogido por Luisito salió muy fuerte y en los primeros compases del choque encerró a los guijuelenses en su parcela, pero ni llegó a generar acciones peligrosas ni prolongó ese dominio inicial durante muchos minutos, pues en un choque de tantas necesidades lo que se imponía era el orden y la precaución. Eso sí, los gallegos apretaron duro en la presión sobre pelota con el objetivo de que su oponente no tuviera en ningún momento fluidez en la circulación. Así, cumplido el cuarto de hora el duelo estaba muy igualado, nadie era dueño de la zona ancha del terreno de juego y ninguno de los dos había logrado chutar a palos.

El partido transcurría plano y a los gallegos les costaba muchísimo contactar con un Rufo o Charles. Por su parte, los locales poca cosa más lograban y tanto Cerro como Pino también eran dos islas entre defensas, aunque con el paso de los minutos los locales irían ganando en confianza.

Un golazo de Pina desequilibró un partido que en la primera mitad estaba siendo totalmente plano

Al filo de la media hora el partido cambió de golpe en una acción aislada. Pina marcaba un golazo tras un golpeo lejano desde unos cuarenta metros que bota, en el césped sintético, justo antes de llegar a un Álvaro Cortés que sorprendido llegó a tocarla pero que no pudo evitar que se colara en las redes.

Noqueado por el gol recibido, uno más tarde el Pontevedra pudo encajar el segundo cuando Cerro filtró un buen balón a un Pino que ante la salida de Álvaro Cortés la cruza demasiado y la pelota sale rozando el palo. Los salmantinos, un equipo que sólo había marcado un gol en los últimos siete encuentros, malgastaban una ocasión clarísima. De ahí al descanso los gallegos tuvieron mayor presencia, Álex González respondió rápido pero sin suerte a las dos afrentas locales y Adri Cruz generó otra donde fue frenado bruscamente por Puime, pero el equipo de Luisito se marchó a vestuarios por debajo.

En el reinicio el Pontevedra volvió a salir mejor, incluso más fuerte que al comienzo, y en el seis gozó de una falta perfecta en la frontal para el diestro Adri Cruz, pero la ejecución no fue nada buena. Uno más tarde se veía un gran centro en el que el portero local duda y el balón se pasea por el segundo palo sin rematador. Y de seguido, por fin, Charles y Rufo aparecían llevando peligro por primera vez. El entrenador local Chuchi Jorqués movió ficha y su equipo se estiró, creando inquietud arriba pero también dejando espacios atrás y en definitiva abriendo con ello un enfrentamiento hasta ese momento muy cerrado.

Con todo más movido y por primera vez con alguna ida y venida, el recién incorporado Jorge Fernández conseguía explotar su velocidad en una contra montada por Álvaro Cortés y colgaba un peligroso balón al área salmantina que Cristobal Gil tocaba mal y la introducía en su portería. El Pontevedra empataba el resultado.

El míster local reaccionó al gol con un triple cambio y al poco el recién incorporado Lolo Plá bien pudo hacer el segundo, pero no estuvo nada afortunado. Con todo, casi de seguido y después de más cambios de Luisito, otro recambio salmantino como Mounir buscaba el uno contra uno para salir vencedor y meter un balón al segundo palo que Antonio Pino remacha a la red de cabeza. El Guijuelo se volvía a adelantar en el marcador.

Después Luisito volvió a tocar el equipo, pero fue Pino fue quien tuvo la sentencia en una jugada en la que Álvaro Cortes tuvo que salir de su área para tocarla con la cabeza y finalmente ser el salvador. En el tramo final el Pontevedra no apareció e incluso estuvo obligado a defenderse más que a buscar el segundo gol y empatar el marcador.