Las horas de trabajo se exprimen al máximo en el Pontevedra para afrontar la final del domingo en Riazor ante el Deportivo. Un partido que dictaminará el futuro del Pontevedra y es que los de Luisito necesitan ganar a toda costa para poder luchar por meterse en la nueva categoría, Primera RFEF o Segunda B Pro, un ascenso que matemáticamente significaría mantenerse en la misma categoría, la tercera del fútbol español.

El Deportivo de La Coruña llega en una situación bastante similar. Algo más aliviado, con dos puntos más que el Pontevedra y en la zona de jugar la fase por la Primera RFEF, mientras los granates están en la de luchas por la permanencia tras la derrota ante el Compostela.

Los de Coruña tienen aún opciones de colarse en los puestos de ascenso, dependiendo de cómo se den las jornadas en el resto de equipos, por ello este partido es vital para ambos conjuntos.

Dos equipos con una trayectoria similar. Ambos han perdido cinco partidos, el Deportivo acumula una victoria más, cinco frente a las cuatro del Pontevedra y cinco empates frente a los seis del equipo granate. Los de Rubén de la Barrera han sufrido una racha de siete jornadas sin ganar que motivó un cambio de entrenador al igual que el Pontevedra y sus ocho partidos sin victoria. Además ambos equipos partían al principio de la temporada como favoritos del grupo y entre los que estaban llamados a estar arriba. Sin embargo esta campaña única no perdona ni un paso en falso y la realidad ha sido muy distinta. Ahora, los dos equipos gallegos se lo juegan todo en un derbi que el Pontevedra necesita ganar sea como sea.

Lo bueno es que este parón ha servido a Luisito para, tras el susto por su salud, poder trabajar más tranquilamente e introducir nuevas directrices al equipo tras su llegada a un ritmo frenético. Pese a que el entrenador granate ya adelantó pasada semana que ya tenía una idea de cómo quería jugar en Riazor y de quiénes estarían en el once titular.

Recuperación de Adrián Cruz y Churre

El Pontevedra entrenó ayer en el Estadio de Pasarón con el objetivo puesto en el domingo. El equipo espera poder recuperar a Churre, que ya entró en la convocatoria del Compostela aunque no jugó además de a Adrián Cruz, que sufrió una lesión en el abductor el pasado mes de diciembre. Por su parte el Deportivo afinó la puntería en el entrenamiento de ayer en el que Rubén de la Barrera, pudo contar con toda la plantilla en el césped de la Ciudad Deportiva de Abegondo, aunque está a la espera de que el delantero venezolano Miku Fedor reciba el alta médica a tiempo para la antepenúltima jornada de la primera fase de Segunda B. Miku se entrenó con normalidad en una sesión en la que el cuerpo técnico incidió en acciones ofensivas y calibró la puntería de los jugadores. El Deportivo es de los equipos que menos goles ha anotado esta temporada en la categoría de bronce, solo ocho en 15 encuentros, uno de ellos con su actual preparador, Rubén de la Barrera, el que le dio la victoria ante el Guijuelo (1-0). Una serie de partidos en espacio reducido, de alta intensidad, puso el punto y final al entrenamiento en el césped, que este jueves se trasladará al Estadio Riazor.