Cuesta a bajo y sin frenos va el Pontevedra en la clasificación tras el partido disputado ayer ante el Zamora en Pasarón. Un encuentro que era vital y que no se podía permitir perder. Cayeron derrotados y dejando una imagen penosa en la que el Zamora jugó como quiso y el Pontevedra apenas tuvo oportunidades. Tal fue la gravedad que el puesto de Ramos pende de un hilo. Parte de la directiva se reunió tras el encuentro para tomar una decisión sobre el futuro del técnico. Al cierre de esta edición aún no había decisión.

Además el gol de la derrota llegó de la forma más dolorosa posible, en un remate tras un penalti en la primera parte. Así, los sueños del Pontevedra se convierten en pesadilla y si el equipo apuntaba al ascenso a Segunda ahora está más cerca de luchar por la permanencia y lo peor, en puestos de jugar por el descenso.

El Zamora se lanzó al césped con las ideas bien claras, dominando el juego, ejerciendo presión, con intensidad y metiendo al Pontevedra en su área. Al Pontevedra le costaba la vida salir de su propio área. Pasaban los 15 minutos y el equipo de Jesús Ramos no había hecho más que sufrir. Lo único bueno era que el Zamora tampoco había tenido oportunidades.

Al poco el Zamora perdió el balón en un córner a favor que aprovecha el Pontevedra para salir a la contra. Álex se trabajó un balón que pasó desde la derecha a un Charles que centró de cabeza a portería, yéndose por encima de la red. Fue la primera oportunidad del Pontevedra. y también la más clara de todo el partido. Los hombres de Movilla contestaron rápido y Mario se vio obligado a ejecutar una parada para salvar la situación.

Poco más consiguió hacer el Pontevedra. Parecía que el partido arrancaba para los granates, cuando las decisiones arbitrales comenzaron a pesar, tampoco es excusa. Primero una amarilla a Charles algo cuestionable y luego la cruz del Pontevedra. Imanol iba a evitar un lanzamiento cuando tira a Vallejo y el árbitro pita penalti. Toda la plantilla granate protestó enfurecida.

Escudero fue el lanzador, pero Mario logró parar la pena máxima, pero en el despeje y con tan mala suerte que el balón volvio a Escudero y el esférico acabó en las mallas.

Otra vez contracorriente y con la soga al cuello. Poco más ocurrió de ahí al descanso, algunas acciones de Rufo que no llegaron a nada e intentos de Jorge con el mismo final.

La segunda parte no empezó mejor de lo que lo hizo la primera. El Zamora seguía dominando y al Pontevedra le costaba avanzar hacia portería rival. La buena noticia era que el Zamora tampoco estaba llegando demasiado al área de Mario.

Charles trató de avanzar junto a un Rufo que se encontró una barrera infranqueable de tres defensas blancos, pasó a Eneko, pero era imposible. Tras un buen intento de Jorge, Ramos lo cambia por Oier sin grandes cambios. El Zamora seguía tan cómodo como en su propio campo.Entonces Ramos saca a Charles para meter a Borja y hasta sacó a Santi por Pitu. El equipo estaba desesperado, no se encontraba huecos y no sabía que hacer. La imagen del equipo dejaba mucho que desear.

Entonces a 10 minutos del final, Conejo golpeó a Xisco, abriéndole una herida en la cara que le costó la roja directa. Desde entonces el Zamora jugó con uno menos pero poco se notó porque fueron prácticamente los mismos minutos que Xisco estuvo fuera del césped tratando de cortar el sangrado.

Hasta el tiempo de descuento el Pontevedra de Ramos no fue capaz de hacer nada más, que una acción de Pitu. Tras el tiempo añadido tocó el silbato que pareció ser un alivio para los jugadores granates, que no podían aguantar más la situación. Situación extrema y partido para no olvidar porque tras siete jornadas sin ganar el club no puede hacer como si nada. ¿Qué le está pasando a ese Pontevedra que hacía soñar a su afición en la primera vuelta?