Entre estrictas medidas de seguridad que obligaron a modificar algunas de sus viejas costumbres, la XXII edición del Campeonato Virgen Peregrina de Pesca Submarina, organizado por el Club Turístico-Cultural Subacuático Sotavento en colaboración con la Concejalía de Deportes del Concello de Pontevedra, ha sido una gran fiesta de la pesca submarina este fin de semana.

El medio centenar de participantes que se dió cita a primera hora de la mañana de ayer en la playa de la Barrosa, en San Vicente do Mar, tuvo que presentar documentos imprescindibles de acuerdo con la actual situación derivada de la Covid-19. A las 9:00 horas se dió la salida para que cada deportista se desplazara a sus zonas de pesca, con el objetivo de que intentesen capturar la mayor cantidad de pescados que cumplían con los pesos establecidos.

Las zonas de pesca abarcaron el espacio comprendido entre la playa de Canelas y el muelle de Pedras Negras, en San Vicente do Mar. Por razones de seguridad y control, la salida se dió desde la playa de la Barrosa.

La jornada de pesca se dió por finalizada en torno a las 13:00 horas y, una vez entregadas las capturas y efectuado el avituallamento (un bocadillo caliente para recuperar fuerzas), los pescadores se desplazaron hasta Pontevedra en un vehículo isotérmico para proceder con el pesaje, la entrega de trofeos y el sorteo de regalos para los participantes ( gafas de buceo y camisetas, entre otros).

100 kilos, a San Francisco

Este pesaje tuvo lugar en la Praza da Verdura, sobre las cuatro y media de la tarde. Se capturaron unos 100 kilos de pescado que irán destinados al comedor social de San Francisco.

Llamó la atención de los presentes en el acto que un solo pescador fue capaz de capturar 40 kilos, algo que suscitó los aplausos del público.

Otro acontecimiento relevante fue la captura por parte de otro de los participantes de una lubina que pesó 3,2 kilos. Fue la pieza más grande capturada y obtuvo su premio por parte del jurado.

A diferencia de otros años, al finalizar no se celebró la habitual merienda de confraternizadad, sino que se sustituyó por unos refrescos en un establecimiento hostelero de la propia plaza.