El Pontevedra CF es uno de los numerosos clubes profesionales que está estudiando la posibilidad de llevar a cabo un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por la incertidumbre que hay en torno a la situación de alerta sanitaria por el coronavirus, por el que se han suspendido competiciones y entrenamientos hasta nuevo aviso. Este escenario supone un evidente problema económico para las entidades deportivas, que se agrava con las dudas sobre el futuro de sus respectivas ligas, ya que por ahora no hay noticias de si se van a reanudar o no ni en qué plazo de tiempo.

La presidenta del Pontevedra, Lupe Murillo, ha reconocido a FARO que "tenemos muchas dudas, porque no sabemos cómo se va a acabar la liga". En este sentido, la mandataria admite que desde el club están analizando la ley para tomar la mejor decisión para todos, pero ha dejado claro que todavía no se ha presentado nada.

Este ERTE en el Pontevedra afectaría a alrededor de 30 personas, entre futbolistas, miembros del cuerpo técnico y empleados, y supondría asegurarles cobrar el paro con independencia del tiempo que tengan cotizado. Por otro, al club le permitiría evitar el pago de las cuotas de la Seguridad Social, una cuantía importante en el presupuesto anual.

La decisión es difícil, por eso el Pontevedra no quiere precipitarse y estudia con detenimiento la situación. Además, está a la espera de lo que decidan otros clubes no solo de la comarca de Pontevedra, sino también de toda Galicia y el territorio español, a los que respaldaría. El representante de los clubes gallegos de Segunda B en la comisión delegada de la Federación Española, Gustavo Falque, está en contacto continuo con los equipos y en los últimos días habría ganado fuerza la opción del ERTE, al que se acogería la práctica totalidad de las entidades gallegas y alrededor de un 90 por ciento en toda la categoría de bronce.

Todo dependerá de la fecha de reanudación de la competición, si es que finalmente no se cancela. Falque, también presidente del Coruxo, comentaba hace menos de una semana que el límite estaría en el mes de mayo, porque más allá, si la suspensión se prolonga, el encaje de fechas sería muy complicado. "En los reglamentos este supuesto no está contemplado. Habría que ir a otros y utilizarlos. Existe mucha controversia en cómo dar por finalizadas las competiciones nacionales, que tienen varias modalidades. Hay ligas regulares que se complementan con play off de ascenso y descenso. Y existen fútbol profesional y aficionado o no profesional. Son muchos apartados sujetos a interpretaciones sobre cuándo, de qué forma o con qué porcentaje se pueden dar las ligas por terminadas", explicaba Falque.

El Poio Pescamar, no

Uno de los pocos clubes de la comarca de Pontevedra que ha descartado por ahora presentar un ERTE es el Poio, de la División de Honor Femenina de fútbol sala. La entidad rojilla ha estudiado la situación y se irá adaptando a las novedades que vayan surgiendo en los próximos días, pero en un principio tratará de evitar el expediente de regulación temporal de empleo.

"Vamos a intentar aguantar esta situación sin tener que llegar al ERTE. Sabemos que va a ser un esfuerzo importante, pero no queremos llegar a ello", aseguró el presidente poiense, Juanjo García, que confía en que futbolistas y empleados valoren la decisión.

Por su parte, el Peixe Galego, de LEB Oro, aún no ha tomado una decisión al respecto pues valora todos los escenarios posibles y va a esperar a ver cómo va avanzando la situación y las recomendaciones de las autoridades competentes.