Horas antes de que se decretara la suspensión de los entrenamientos y de que el Pontevedra CF decidiera no conceder entrevistas dada la situación de incertidumbre y el escenario continuamente cambiante provocado por la epidemia del Covid-19, el entrenador del primer equipo, Jesús Ramos, atendió a FARO para analizar una realidad inédita en la historia reciente.

Con todos los equipos sin competición ni entrenamientos para, al menos, las dos próximas semanas, los futbolistas trabajan por su cuenta a la expectativa de cuándo y cómo se va a reanudar la competición, si es que finalmente los organismos competentes no deciden cancelarla.

- ¿Cómo está el vestuario después de las medidas que se han tenido que tomar?

- Yo al vestuario lo veo bien, no ha cambiado mucho el día a día salvo que no podemos competir el fin de semana, a partir de ahora, al no poder entrenar, se notará más. Tomamos unas medidas más estrictas en cuanto a la higiene y hábitos, pero del resto no había cambiado nada. Hay que darle normalidad dentro de la gravedad que tiene y esperar.

- El último partido lo jugaron en Madrid, contra el Getafe B. En el equipo están todos bien de salud y no ha habido ningún susto, ¿no?

- No, por aquí todo bien.

- Igual es evidente que no, pero ¿recuerda algún momento similar al actual?

- No, no recuerdo nada así. Por eso tenemos claro que no es una broma, si se ha llegado a este extremo es por algo, la situación se nos ha ido un poquito de las manos.

- ¿A la plantilla y al cuerpo técnico les ha asustado o alarmado esta situación?

- A mí, personalmente, no. Hay que tener un poco de responsabilidad y conciencia social. Está todo cerrado, grandes áreas, locales de noche, estadios? Es lo que hay y si hay que quedarse en casa o bajar lo menos posible y tener responsabilidad para proteger a la gente más sensible, como los ancianos, y tampoco se puede viajar, pues no se hace. Insisto, hay que ser responsables.

- ¿Qué medidas empezaron a tomar ya al principio de la semana cuando la situación era peligrosa?

- El tema del agua, por ejemplo, cada uno tenía ya su botellín pequeño y pedimos que no cogieran botellas que ya estuvieran abiertas, sino que abrieran alguna cerrada. Y que siguieran las recomendaciones, que no salieran de casa y que, cuando no les quedara otro remedio que hacerlo, mantuvieran la distancia de seguridad con la gente y volvieran rápido? Lo que tiene que hace cualquier ciudadano, nada diferente. Ya les habíamos pedido que evitaran el contacto, los abrazos y lo de chocar la mano lo cambiamos por chocar el codo.

- ¿Qué escenario cree que van a tener que afrontar a corto plazo?

- No lo sé. Vamos a tener que esperar y acatar lo que nos ordenen.

- ¿Hasta qué punto trastoca su planificación?

- Teníamos planificada la próxima semana y pensábamos trabajar en cosas que nosotros teníamos que mejorar a nivel defensivo y ofensivo sin estar pendientes del rival, porque siempre entrenas un poquito en base al rival.

- ¿Les han adelantado algo de cómo se podría reanudar la competición o qué pasará con la liga este año?

- Nada, es una incógnita todavía, yo por lo menos no sé nada. Todo dependerá de la famosa curva de los contagiados. Si al final tenemos que estar más semanas sin entrenar, nos tendremos que adaptar porque la salud es lo primero.

- Por un lado, este parón puede cortar la progresión positiva del equipo en las últimas semanas, pero también les servirá para recuperar a los lesionados...

- Yo intento ver siempre la parte positiva. Nacho entrenó casi como uno más y Campillo, que estaba un poco renqueante del tobillo, va a tener tiempo para recuperarse, igual que José García y Santi Figueroa. Es importante recuperar gente para tener más opciones a la hora de elegir y porque compiten más entre ellos.

- ¿Y de los fichajes de invierno qué nos puede decir?

- Que son muy buenos. Tanto Eneko, como Adrián, como José, como Rufo son muy buenos chicos, no han tenido ningún problema para adaptarse, son bastante extrovertidos. El grupo es muy amable, muy educado y muy vacilón, es fácil integrarse en un equipo así.