El Pontevedra volvió ayer a los entrenamientos tras el descanso del martes y lo hizo con una sesión en el campo de A Seca, en Poio, que acabó con un susto inesperado. En una de las últimas acciones del día, Santi Figueroa recibió un golpe en el tobillo y se tuvo que retirar con evidentes muestras de dolor. El lateral derecho fue atendido por el fisioterapeuta, Manu Barros, por lo que a simple vista podría ser un esguince en su tobillo izquierdo. El futbolista se aplicó hielo en la zona antes de retirarse a vestuarios, ayudado por el propio Manu Barros y el preparador de porteros, Moncho Martínez, al no poder apoyar el pie.

Por lo demás, Javi López y Berrocal se ejercitaron al margen del grupo, al igual que Nacho López, del que todavía no se ha hecho oficial su diagnóstico, pero que continuará de baja al menos esta semana.

El resto de la plantilla trabajó con normalidad de cara a preparar el encuentro del domingo en casa del Getafe B. En este sentido, Eneko Zabaleta apuntó que el técnico, Jesús Ramos, "lo que quiere es que tengamos confianza, intensidad, que apretemos? En los entrenamientos, no solo ahora, también con Pouso, he notado que hay muchísima intensidad, en eso he notado mucho cambio, por eso me ha costado más adaptarme al principio".