El Villa de Aranda se ha convertido en la particular bestia negra del Cisne Colegio Los Sauces esta temporada. El conjunto pontevedrés, líder destacado de la División de Honor Plata, solo ha perdido dos encuentros ligueros este año y los dos han sido contra el conjunto burgalés. Aunque los hombres de Jabato encaraban el choque de ayer, determinante de cara al ascenso directo a Asobal, con ganas de resarcirse del mal resultado de la primera vuelta (28-26), no pudieron evitar un nuevo tropiezo contra el bloque que dirige Alberto Suárez, que se llevó la victoria por un 21-24, una diferencia que incluso es algo abultada dada la tremenda igualdad que se vivió desde los primeros compases en un pabellón Municipal que registró una gran entrada y un muy buen ambiente.

Esta derrota no cambia la situación privilegiada del equipo de Jabato en la tabla, pero sí ve reducida su ventaja sobre el segundo clasificado, el propio conjunto burgalés, a tres puntos, pero con un encuentro menos por el aplazamiento del duelo contra el Alcobendas, que recuperará el próximo 18 de marzo.

Los pontevedreses llegaban a este enfrentamiento con una renta de cinco puntos en la clasificación por lo que una victoria habría significado poner pie y medio en Asobal, sobre todo teniendo un partido menos disputado. El ambiente acompañó al Cisne en esta cita histórica, arropando a los jugadores desde los primeros compases, a pesar de que fue el Villa de Aranda el que tomó la delantera en el marcador con ventajas de uno o dos goles.

El respeto entre ambos equipos parecía máximo, de ahí que primase por encima de todo la intensidad defensiva. Superado el primer cuarto de hora, el cuadro local igualó la contienda (5-5) y cinco minutos después se ponía por primera vez por delante (7-6). Con una renta mínima se mantuvo hasta el filo del descanso, al que se llegó con 10-10.

Todo abierto para el segundo tiempo, en el que los cisneístas golpearon primero para llevar la iniciativa en el marcador, pero pronto el Villa de Aranda le dio la vuelta al luminoso, convirtiendo el partido en un duelo de ida y vuelta, con alternancias constantes en el marcador, mínimos errores y mucha tensión hasta el final.

A falta de seis minutos, la igualdad era total (21-21), pero al Villa de Aranda le tembló menos el pulso y aprovechó las prisas del Cisne al verse por debajo para sentenciar con un parcial de 0-3.