Los granates fueron capaces de asustar al líder ya que se fueron al descanso con ventaja en el marcador. Sin embargo, en la segunda parte se diluyeron como un azucarillo y acabaron cayendo por un 3-1 engañoso, a tenor del juego desplegado por ambos conjuntos. La falta de oficio condenó a un Pontevedra que ya acumula siete partidos sin ganar en los que ha sumado solo 3 puntos de los últimos 21. Les toca reaccionar ya a los de Carlos Pouso que ya están solo tres puntos por encima del descenso directo. El Estadi Balear, campo del líder Atlético Baleares era una plaza difícil, pero el Pontevedra no se puede permitir más derrotas.

Por lo que respecta al partido, el Pontevedra saltó al campo con muchas precauciones, las lógicas cuando se visita el campo del líder. Más preocupado por no encajar, cedió el dominio al Atlético Baleares que tuvo su primera ocasión en el minuto 11 cuando Gabarre forzó un córner. Minutos después un remate de Óscar Gil se marchaba fuera por poco. El Pontevedra estaba replegado atrás pero en su primer zarpazo se adelantó en el marcador, Álex González recibió un pase en profundidad, se fue de toda la zaga blanquiazul y batió con solvencia a Xavi Ginard que sustituía al lesionado Manu Herrera.

El gol dejó aturdido a los locales y el Pontevedra jugó sus mejores minutos en los que pudo ampliar la renta porque en el minuto 35 Álvaro Bustos se plantó solo ante Ginard, pero no supo resolver el uno contra uno. Los granates lamentarían esta ocasión marrada aunque también tuvieron suerte minutos más tarde porque al filo del descanso Víctor Vázquez derribaba dentro del área al lateral izquierdo balear Peris. Lax Franco señaló la pena máxima que chutó David Haro pero entonces emergió la figura salvadora de Edu Sousa que repelió el disparo en dos tiempos.

Esta jugada volvió a insuflar de moral al Pontevedra que se animó a ir al ataque y en las postrimerías de la primera parte un activo Álex González volvió a encarar la portería de Xavi Ginard pero se lió y la jugada acabó en nada. Esa fue la última acción de una primera parte en la que los granates se fueron con ventaja en el marcador y dando muy buenas sensaciones en campo del líder.

En la segunda parte cambiaron las tornas y de qué modo. El Pontevedra salió como en el inicio de partido, replegado atrás, con las líneas muy juntas y esperando salir a la contra. Tenía su lógica teniendo en cuenta que se había adelantado en el marcador. Sin embargo, los de Carlos Pouso tuvieron mala suerte porque encajaron el gol del empate muy pronto. Solo habían transcurrido seis minutos de la reanudación cuando Borja, desde la banda derecha, se sacó un centro chut que Edu Sousa no fue capaz de repeler. El Atlético Baleares, un conjunto con mucho oficio, aprovechó que el gol dejó aturdido al Pontevedra para certificar la remontada seis minutos después cuando Iturraspe se sacó un potente zurdazo para establecer el 2-1 en el minuto 56.

El segundo gol aún dejó más tocado al Pontevedra que, no obstante, tiró de orgullo para intentar empatar pero el partido estaba donde querían los de Palma que con el paso de los minutos controlaban la situación ya que su centro del campo y su eficiente defensa operaban como una tela de araña insuperable para los granates. Solo Campillo apareció en la meta rival para crear algo de peligro pero fue una acción aislada, un remate de tijera que no inquietó a Xavi Ginard.

La puntilla a los granates la puso Gabarre en el minuto 89. El delantero centro blanquiazul sentenció la contienda batiendo con solvencia a Edu Sousa tras recibir un pase largo Alberto Gil.

Otra vez la falta de contundencia defensiva condenó a un Pontevedra que tuvo algunos buenos minutos en el Estadi Balear y que el 3-1 se antoja excesivo. Con el 0-1 los granates tuvieron buenos minutos para ampliar la renta pero no lo hicieron y el hecho de que el equipo rival les remontara en seis minutos fue letal para sus aspiraciones. Siguen encajando demasiados goles los de Carlos Pouso. Son ya 36 en 24 partidos. Deben cortar esta hemorragia si no quieren pasar apuros porque los de atrás aprietan, y mucho.