El último fichaje del Pontevedra, Adrián Cruz, dio ayer sus primeros toques de balón con la camiseta granate en el estadio de Pasarón. El centrocampista, que ha firmado por lo que queda de temporada y una más, tiene previsto entrenar hoy en Poio junto a sus compañeros, pues el lunes no lo pudo hacer al someterse a una revisión médica después de tres semanas sin poder jugar con su anterior equipo, el Guijuelo, por una tendinitis en los isquiotibiales. Aunque en las pruebas todo salió correcto, el futbolista admite que se irá incorporando poco a poco al ritmo del grupo; no se descarta para el partido del domingo contra el Atlético Baleares, pero es consciente de que será difícil que esté al cien por cien.

El jugador moañés, formado en la cantera del Pontevedra, del que salió hace ocho años y medio, aseguró estar "contentísimo" por su regreso a casa. "Es lo que esperaba desde hace años y una vez que estoy aquí ya estoy contentísimo", afirmó.

- En los últimos veranos el Pontevedra se interesó por su fichaje, pero no se llegó a concretar. ¿Qué ha cambiado para que ahora sí se haya llegado a un acuerdo?

- Es cierto que hubo contactos, pero por unas cosas o por otras no se hizo. Ahora hay lo que ya había antes, porque siempre tuve interés de volver a casa, pero no se dio. Ahora también está Pouso de entrenador, que es un tío que me conoce y entiendo perfectamente su filosofía, y después el club se ha interesado mucho y creo que ahora mismo se están haciendo las cosas muy bien y tenía ganas de volver porque sabía que si pasaban más años ya no se podría hacer.

- En su trayectoria profesional ha ido saltando de un equipo a otro cada temporada, ¿por qué cree que le ha faltado esa continuidad?

- La mayoría de las veces fue por intentar progresar y cambiar para buscar otros objetivos e intentar crecer. Al final, por unas cosas o por otras, siempre fui saltando. Pocos equipos recuerdo, salvo Osasuna, que no me quisieran renovar. Al final el tema económico también influye, porque a la hora de renovar se suele ofrecer lo mismo o incluso ir a la baja. Ahora perdí dinero para venir aquí, pero en este momento no era lo prioritario para mí.

- ¿Volver al Pontevedra significa progresar para usted?

- Totalmente. Tengo una espina clavada desde que me marché, que fue el año del descenso, y ahora veo que el Pontevedra es un gran candidato para luchar por la fase de ascenso y es un club que está haciendo las cosas muy bien. En el Guijuelo estaba muy contento, pero por status, por historia, no se puede comparar un equipo con otro, para mí es dar un salto muy importante.

- Viene de jugar en el Guijuelo en el grupo II. En teoría, por el tipo de rivales que hay, el cambio al grupo I debería beneficiarle por su estilo de juego, ¿no?

- En teoría sí, debería adaptarme mejor que si fuese al revés. Todo es coger bien el ritmo, la forma e intentar hacerlo lo mejor posible. En el grupo II es complicado, sobre todo, jugar fuera de casa. Los equipos vascos suelen ser aguerridos y de más juego directo, sobre todo como locales, pero al final es fútbol y somos once contra once.

- Coincidió con Carlos Pouso en el Logroñés. ¿Qué recuerda de aquella etapa?

- Todo bueno. Analiza muy bien al rival, los entrenamientos son bastante dinámicos? al final es importante para un jugador ir todos los días a entrenar sabiendo que vas a hacer cosas nuevas y que diviertan, a parte del trabajo más táctico, que suele ser más aburrido. El trato con él fue muy bueno ese año, me quedó muy buen recuerdo.

- Por lo que ha podido ver hasta ahora y con los fichajes que se han hecho en invierno, ¿cree que hay equipo para, al menos, pelear por la cuarta plaza?

- Sí. Yo conozco a casi todos los compañeros, sabía que había un buen equipo y los fichajes, sobre el papel, refuerzan la plantilla. Creo que hay un grupo cojonudo para pelear por esa cuarta plaza. Va a ser complicado, porque somos muchos los equipos que estamos ahí, pero por condiciones grupales y en cuanto a club y equipo, pienso que tenemos opciones serias de lograrlo.