El Pontevedra alarga su mala racha y ayer cayó justamente ante un Sporting B que se mostró mucho más dinámico que los granates, que tuvieron muchas dificultades para generar fútbol en las instalaciones de Mareo. Con esta derrota los de Carlos Pouso se alejan de los puestos de playoff aunque se mantienen a unos escasos cuatro puntos de la cuarta plaza. Lo peor no es la situación clasificatoria, lo peor son las sensaciones: debilidad defensiva, poca creación de juego y una mala dinámica de resultados, cinco partidos sin ganar en los que solo ha sumado 2 de los últimos 15 puntos en juego.

El Pontevedra salió desenchufado desde el primer minuto del partido, la prueba es que Jaouad vio la tarjeta amarilla a los siete minutos de juego cuando tuvo que inteceptar un balón con la mano. Esta falta culminó con un centro de César García al que no llegó Mecerreyes por muy poco. Los granates reaccionaron tras esta ocasión de peligro del rival y a los doce minutos llegó su primera llegada al área. Sana filtró un buen pase a Pedro Vázquez que intentó a asistir a Álvaro Bustos pero este último se quedó sin ángulo y no pudo ni disparar a puerta.

A partir de ese momento, el partido entró en una fase de mucho centrocampismo en el que la presión de los hombres de la medular se imponía a cualquier intento de creatividad. Sin embargo, en el minuto 24 Berto recogió un balón en el centro del campo, conectó con César García quien entregó el balón a Guille Rosas que le dobló por la banda y su centro lo controló de nuevo Berto para definir con calidad ante Edu Sousa. Sin tiempo para reaccionar, al minuto siguiente el Pontevedra encajó el segundo gol. En esta ocasión, Jaouad, muy nervioso e impreciso, despejó mal entregándol el balón a César García que no desaprovechó el regalo y se sacó un zapatazo imparable para Edu Sousa.

El Sporting B se crecía ante un Pontevedra en el que Sana y Álex Fernández eran incapaces de neutralizar el dominio local y la línea de medias puntas (Bustos, Romay y Pedro Vázquez) apenas tenían contacto con el balón. Lo de llegar al área de Chritian era una quimera y estaba más cerca el 3-0 que el 2-1. Y para muestra dos botones, pasada la media hora Edu Sousa repelió con apuros un disparo de Gaspar Campos y en el minuto 39 el filial sportinguista tuvo otra clara ocasión para dejar sentenciado el choque. En el enésimo error defensivos de los granates César García le robó el balón a Edu Sousa pero el meta reaccionó con rapidez y le ganó el mano a mano a Chiki.

Lo mejor que le pudo pasar al Pontevedra fue que el árbitro pitara el final del primer tiempo porque en estos 45 minutos los granates dieron una imagen muy pobre.

La intensa charla que debió dar Carlos Pouso en el banquillo surtió efecto porque el Pontevedra salió mucho mejor al terreno de juego. El míster granate intentó agitar al equipo con un cambio, Rufo salió en sustitución de Javi Pazos y el Pontevedra jugó buenos minutos en este inicio de segundo tiempo. La mejoría en el juego, con los hombres de medio campo y de ataque más participativos, se tradujo en una mayor presencia en campo contrario. El adelantar líneas motivó que a los 10 minutos de la reanudación gozarán de una buena ocasión para recortar distancias. Álex Fernández se sacó un remate desde la frontal del área que despejó Christian con apuros. El Pontevedra ganaba en confianza y se empezaba a creer que estaba en el partido y diez minutos más tarde llegó una clarísima ocasión, un activo Álex Fernández se sacaba un centro que remató con la testa Rufo al poste.

Sin embargo, la mala suerte se cebó con el conjunto pontevedrés porque cuando mejor estaba jugando llegó el tercer gol del Sporting B. Se pasó del 2-1 al 3-0 porque a los dos minutos del palo de Rufo, Gaspar Campos batió a Edu Sousa al culminar una gran combinación entre Pablo García y Berto. Gaspar Campos exhibió su calidad definiendo con solvencia ante Edu Sousa.

El tercer gol local dejó muy tocado al Pontevedra que vio como se le agotaba el tiempo para sacar algo positivo. Con todo, los granates tiraron de orgullo ante un rival que con la renta adquirida se pertrechó atrás con las líneas muy juntas para mantener la ventaja. El premio a esta actitud llegó a diez minutos del final cuando Rufo estableció el 3-1 definitivo batiendo a Christian en el segundo palo tras el lanzamiento de un saque de esquina.

Aún hubo tiempo para que Sandoval pudiera hacer el cuarto pero su vaselina no encontró portería y para que Álvaro Bustos hiciera el segundo de su equipo. En su caso su zurdazo se marchó ligeramente alto.

Al final, nuevo resultado de un Pontevedra que volvió a pecar de debilidad defensiva. Los granates han encajado 33 goles en 22 partidos por lo que son uno de los equipos más goleados del Grupo 1 de Segunda División B. Por quedarse con algo positivo, la mejora del juego en la segunda parte.