Tercera derrota consecutiva del Pontevedra, esta vez ante el Ibiza y que supone la eliminación del conjunto granate de la Copa del Rey en la primera ronda de la competición del KO. El equipo de Carlos Pouso sumó nuevos males a la falta de acierto en la finalización que lo condenó en partidos anteriores: pocas aproximaciones, escasos disparos a puerta y prácticamente nulas ideas en la creación.

El Ibiza, sin proponer mucho más, se limitó a estar bien situado en el campo y neutralizar las tímidas llegadas del Pontevedra para después, en dos acciones aisladas, sentenciar la eliminatoria por la vía rápida y sin apenas sufrir.

Carlos Pouso introdujo algunos cambios en el once, con Santi Figueroa de lateral derecho y Mejía en el doble pivote junto a Sana, probando de nuevo a Pol Bueso como lateral izquierdo y adelantando, por tanto, a Álex González y con Pedro Vázquez en la mediapunta. Mantuvo en el equipo a un Churre que tuvo que jugar con la rodilla vendada tras sufrir un golpe en el primer minuto sobre el césped. Y es que, además de la derrota, los granates sumaron minutos de desgaste físico de cara a la competición liguera.

En un encuentro peculiar al iniciarse en el minuto 17 (se reanudó desde el punto en el que fue suspendido el pasado 18 de diciembre por las inclemencias meteorológicas), el Pontevedra intentó llevar el peso del juego, pero no llegó a pisar el área contraria con verdadero peligro. El Ibiza no hizo mucho más, pero sí encontró portería en el minuto 28, en un disparo muy lejano de Fran Grima que entró ajustado al palo izquierdo de un Edu Sousa que quizá pudo hacer algo más para alcanzar la pelota.

Con el 0-1 y poco más de un cuarto de hora por delante, los granates siguieron con el mismo guión, tratando de combinar por raso en un césped un tanto pesado y que no le permitía hacer ese juego alegre y veloz que tan buenos resultados le da.

Lo intentó Mejía en una falta algo lejana. El hondureño lanzó directo y la pelota salió ligeramente desviada.

Fue el único remate del Pontevedra en una inusual primera parte de 28 minutos que acabó con un último acercamiento del Ibiza: Mariano controló en el área un centro desde la izquierda e intentó revolverse sin éxito, Núñez aprovechó el balón rechazado rematando fuera, rozando el palo.

En la reanudación, poco cambió la película: el Pontevedra quería el balón, pero no lo trataba muy bien. Aún así, Álvaro Bustos finalizó una jugada probando suerte desde lejos, pero la pelota salió fuera lamiendo el larguero. Solo dos minutos después (59), el Ibiza sentenció el partido con el 0-2, obra de Rodado; el delantero controló con el pecho un centro de Javi Perez desde la derecha y remató a gol buscando la escuadra.

Con la entrada de Romay y Álex Fernández parecía que el equipo mejoraría en el aspecto ofensivo, pero fue un espejismo. Llegaría otra de las contadas ocasiones granates, la última, en el minuto 67, con un pase interior de Romay a Adighibe que el nigeriano remató cruzado y obligó a Germán a estirarse para mandar la pelota a córner.

A menos de diez minutos para el final, Gonzalo tuvo el 0-3 en su cabeza, en un córner desde la derecha, pero remató muy centrado, a las manos de Edu.

Este es el tercer golpe seguido que encaja el Pontevedra, tras perder en liga contra el San Sebastián de los Reyes (4-1) y contra el Internacional de Madrid (1-2). Ahora solo piensan en revertir la situación el domingo, en su visita al Coruxo (16.30 horas, campo de O Vao).