Dominio sin peligro se podría decir que es lo que tuvo ayer el Pontevedra en el partido contra el Langreo. El conjunto granate controló la pelota prácticamente de principio a fin y, a pesar de que mejoró su verticalidad con respecto al encuentro de hace 15 días contra el Marino (3-0), esta vez le faltó lo más importante: la puntería. El equipo asturiano se llevó el partido al guión que más le convenía; bien posicionado, con las líneas muy juntas, apenas dejó espacios a los hombres de Carlos Pouso, que ofrecieron algo más de media hora de muy buen fútbol, combinando con velocidad y profundidad buscando entrar por las bandas, pero en el último tramo del campo se encontraban con un muro que, finalmente, no fueron capaces de derribar.

Varios cambios en el once de Carlos Pouso, casi todos obligados por las lesiones y la sanción de Sana. Entraron Nacho López en el lateral derecho y Berrocal en el doble pivote, volviendo Álex González al lateral izquierdo por los problemas físicos que se acumularon durante la semana en la línea defensiva, por lo que Pedro Vázquez salió de inicio en el extremo derecho. Adighibe, con molestias en la rodilla, se quedó en el banquillo, siendo titular Javi Pazos.

Al Pontevedra le costó empezar a carburar en ataque, pero no pasó apenas apuros al tener el control de la pelota y, sobre todo, por estar muy bien plantado en defensa. A medida que avanzaban los minutos, los granates se fueron entendiendo mejor hasta llegar a ofrecer alrededor de media hora de buenas combinaciones y fluidez en tres cuartos de campo. El problema aparecía en el último tramo del campo, cuando los centros no tenían la suficiente calidad, eran taponados por la defensa o los remates no eran lo suficientemente incisivos; es decir, faltó lo que decide los partidos, la puntería. Pero si algo evitó el gol del Pontevedra fue especialmente el portero del Langreo, un Adrián Torre que desbarató los contados remates realmente claros del equipo de Carlos Pouso.

Y es que el primer tiro a puerta del partido no llegó hasta superado el primer cuarto de hora, en un flojo remate muy fácil para el portero visitante, al igual que lo fue el de Álvaro Bustos finalizando una bonita jugada de combinación. El asturiano acabaría también la siguiente ocasión, rematando de primeras llegando desde atrás un pase raso de Pedro Vázquez desde la derecha.

Eran los mejores minutos del Pontevedra sobre el césped, que también intentó aprovechar las jugadas a balón parado, como un córner lanzado por Álex Fernández que despejó la defensa, finalizando Álex González con una potente volea cruzada que el portero consiguió rechazar. El propio Álex González lo intentaría después con un fuerte disparo desde la izquierda que también logró desviar Adrián Torre.

La fluidez granate empezó a disminuir y se vio reflejado en las ocasiones, que apenas existieron en el último cuarto de hora de la primera parte.

En la reanudación, primero Javi Pazos y después Romay probaron los reflejos de Adrián Torre desde lejos en los primeros compases. Superada la hora de juego volvería a aparecer el meta del Langreo y en dos jugadas complicadas: primero en un centro de Nacho López que no llegó a rematar Adighibe y se envenenó y después en un potente disparo de Álex González desde la izquierda en el que el balón hizo un extraño, reaccionando muy bien el cancerbero en ambos casos.

Con la salida del césped de Álex Fernández y después de Pedro, por problemas físicos, al Pontevedra se le apagó la luz en ataque, abusando del juego por el centro y abandonando las bandas, lo que benefició al conjunto asturiano, muy bien posicionado durante todo el encuentro. Así, en los últimos diez minutos a los granates le entraron los nervios y el Langreo intentó aprovecharlo a base de contras. En una de ellas, Jaouad midió mal en un envío aéreo, pero lo arregló despejando Churre, y justo en la siguiente jugada, un centro de Pedro Montero desde la derecha, el marroquí, en su intento por despejar el balón, lo cabeceó hacia la línea de fondo y salió a córner rozando el palo, a punto de colarse en su propia portería.

Tras un córner que no supo aprovechar el Pontevedra y que finalizó Álvaro con un disparo muy desviado, llegaría otra contra del Langreo llevada por Davo, que progresó desde mediocampo y se plantó solo ante Jaouad. El central marroquí aguantó hasta que llegó la ayuda de los compañeros, acabando la jugada con un disparo forzado del jugador visitante, centrado a las manos de Edu.