El Peixe Galego recogió, por fin, el premio a su esfuerzo de las últimas semanas en forma de victoria, la primera de la temporada de su regreso a la LEB Oro. El equipo de Javier Llorente consiguió un triunfo muy trabajado frente a un rival, el Real Canoe madrileño, que llegaba en un buen momento al pabellón de A Raña. Después de tres cuartos muy igualados, los marinenses firmaron un gran último período para sumar su primera victoria del curso, que dedicaron a su afición.

Fue, tal y como lo definiría después Javier Llorente, un partido raro. En un principio, Juanchi Orellano, que había recaído de sus problemas en el tobillo, no iba a jugar, pero finalmente sí lo hizo y su aportación fue muy importante, decisiva incluso en algunos momentos, pero probablemente ahora tendrá que parar unos días y a ver cómo evoluciona de cara a participar en los próximos compromisos, una situación similar a la de Saunders, que también arrastra molestias. Con 15 puntos, Orellano fue el segundo máximo realizador del equipo, solo superado por un inspirado Taiwo Badmus (25).

Además, el ritmo en los primeros cuartos fue bastante bajo, posiblemente por la acumulación de partidos en la última semana, tres para cada equipo. Esta circunstancia le vino muy bien al Peixe Galego para poder aguantar a buen nivel hasta el final, ya que uno de los condicionantes que más había acusado en las seis primeras jornadas era la falta de gasolina por las escasas rotaciones que hay en una plantilla tan corta.

Los hombres de Llorente cedieron el primer cuarto (13-15), pero se recuperaron en el segundo (18-16), llegando al descanso con 31-31 en el marcador. En el tercer tiempo, el Canoe se hizo con una mínima ventaja (15-17) que los marinenses neutralizaron en un gran último período, en el que tuvieron más acierto que otros días en los tiros liberados (26-10).