Toca jornada de reflexión en el Pontevedra CF. El equipo necesitaba una victoria para recuperar la autoestima después de un dolorosa derrota en Pasarón. Ahora, aún más dolidos tras la anulación del gol en el último minuto del partido que habría dado el empate a los granates ante el Castilla.

Aunque los últimos resultados no lo corroboren, el Pontevedra siempre juega mejor en Pasarón. A domicilio suele pecar de falta de intensidad y así fue en toda la primera parte, como ocurriera en Ferrol. Edu encajó dos goles en 13 minutos, una historia repetida ya que en Ferrol fueron cuatro en media hora. El problema sigue sin solucionarse. El Castilla, movía el balón y triangulaba ante la mirada pasiva de los granates cuyos centrales quedaban retratados ante la velocidad de los jóvenes jugadores del filial madridista. Otra historia que se repite, lo mismo que ante el Atlético Madrid.

Los de Raúl llegaron dos veces en el primer cuarto de hora con una efectividad total. Los granates hacían que los del Castilla parecieran mejores de lo que realmente son.

Metamorfosis

Tras descanso los de Luismi comenzaron a arrancar y a jugar a un buen nivel. A medida que los minutos avanzaron los papeles se cambiaron y entonces sí los granates supieron meter miedo al rival. Fue un equipo completamente distinto, con orgullo, con fútbol que desequilibró al conjunto local hasta el punto de encerrarlo en el área. Fue una metamorfosis difícil de explicar, con unos últimos minutos de coraje, el que le falta cuando salió al campo.

falta de acierto

La falta de acierto ante la portería rival es otro hándicap del equipo de Luismi. Adighibe estuvo muy activo en la tarea ofensiva y anotó el gol que en el minuto 61 hacía recobrar esperanzas. Sin embargo tuvo más oportunidades muy claras que el nigeriano no supo aprovechar. Es un jugador lento a la hora del tiro final, como demostró en la primera ocasión que tuvo donde se dejó arrebatar la pelota cuando iba a chutar a gol. El tiempo se le hizo eterno.

Romay, que marcó el gol de la discordia, también realizó varios remates de cabeza. Combinó bien, pero no fue su mejor partido.

A favor del conjunto granate destacar las jugadas a balón parado donde sí demuestra Luismi que el equipo está trabajado.

final de infarto

A medida que el marcador iba sumando minutos en Valdebebas el partido se iba poniendo más interesante. La falta de experiencia de los jóvenes jugadores del Castilla se notó y el Pontevedra brillaba en el juego cada vez más, pero le sigue faltando acierto. El equipo aprendió de los errores y en lugar de venirse abajo resurgió, pero siempre lo hace con el resultado en contra.

En el minuto 94 el corner que lanzaba Álex Fernández terminó en gol tras el remate de Romay. El línea vió posición de fuera de juego de Javi Pazos. No intervino en la jugada, pero hizo amago de ir hacia el balón aunque sin entorpecer a ningún defensa ni al portero local. El colegiado no quiso complicaciones al final y anuló el gol. La interpretación da para todo. y de ahí los distintos criterios del arbitraje.

nivel físico y psicológico

Por lo visto en la segunda mitad hay esperanza en ver resurgir al equipo. Pero parecen salir al campo sin confianza, con una lentitud que les convierte en espectadores del juego rival. Los resultados empiezan a hacer mella y eso puede ser peligroso, a nivel fisico y psicológico.