El minuto 88 va camino de convertirse en un punto maldito para el Pontevedra. Por segunda jornada consecutiva, los granates encajaron gol a dos minutos de que se cumpliera el tiempo reglamentario y se quedaron sin premio, y en las dos ocasiones ha sido contra rivales de las Islas Baleares: el pasado domingo en casa del Ibiza (2-1) y ayer ante el Atlético Baleares. Quizá más dolorosa aún fue la derrota de ayer para los de Luismi al haberse producido en Pasarón, un campo que la temporada pasada se mantuvo inexpugnable hasta el último partido de liga (penúltima jornada de competición) y que este año ya sabe lo que es que el rival se lleve los tres puntos.

Un solitario gol de Gabarre condenó a un Pontevedra que dispuso de numerosas ocasiones a lo largo del encuentro, pero los granates no fueron capaces de materializarlas, a veces por falta de puntería, otras veces por precipitaciones en los remates, pero lo que principalmente les faltó fueron ideas en la creación, por lo que acabaron abusando del juego directo.

El Pontevedra arrancó el choque con intensidad, con las líneas adelantadas y en los primeros compases ya dispuso de alguna ocasión. En el minuto 6, Álvaro Bustos finalizó con un tiro demasiado cruzado una buena combinación del equipo. Pero el Baleares, bien plantado en el campo y con una presión muy fuerte, probaba los reflejos de Edu antes de cumplirse el primer cuarto de hora con un remate de Jorge Ortiz tras un robo en campo contrario.

Respondió entonces el conjunto granate con una contra montada por Bustos, que abrió a Adighibe en banda izquierda, pero el remate de primeras del nigeriano buscando el palo corto salió desviado.

Superado el minuto 20, Peris volvió a poner a prueba a Edu Sousa con un potente disparo que el portero envió a córner y en el minuto 25 se produjo la primera jugada polémica del encuentro, en un centro de Álvaro Bustos en el que se pidió penalti por mano de Aurtenetxe, pero el colegiado señaló fuera de juego de Adighibe. Solo siete minutos después, y también con Bustos como protagonista, el árbitro no señaló un agarrón de Villapalo sobre el extremo asturiano dentro del área. La última ocasión clara de la primera parte fue para los visitantes, con un tiro lejano de Ortiz que salió lamiendo el poste.

En la segunda mitad los granates dispusieron de ocasiones de todo tipo, empezando por un córner lanzado por Álvaro Bustos que Adighibe cabeceó a las manos del portero (minuto 48), siguiendo por un disparo lejano de Álex González que el guardameta envió a córner con una gran intervención (minuto 54) y una falta directa lanzada por Bustos que la barrera desvió a saque de esquina (minuto 58), pero el resultado siempre fue el mismo: el balón no llegaba a tocar la red.

Superada la hora de partido, un robo del Pontevedra en el centro del campo le permitió iniciar una bonita jugada de combinación. Comenzó con un pase al hueco hacia la derecha que Romay dejó pasar para que le llegara a Álvaro Bustos, que finalmente remató a las manos del portero cuando Adighibe esperaba un centro solo en el área pequeña. Igual sucedió unos minutos después, con otra combinación rápida de los de Luismi, pero esta vez fue Pedro Vázquez el que disparó demasiado cruzado y el delantero nigeriano no consiguió llegar a empujar la pelota en la línea de gol.

El equipo de Luismi empezó a acusar el esfuerzo físico y el paso de los minutos, con demasiada distancia entre líneas y poca conexión entre los dos pivotes del centro del campo y los cuatro futbolistas más ofensivos. El Pontevedra comenzó entonces a abusar del juego directo, lo que supuso pérdidas constantes de balón, aunque el Atlético Baleares tampoco exponía demasiado en la faceta ofensiva y se limitaba a mantenerse sólido atrás esperando una oportunidad a la contra.

Así, el conjunto visitante sacó petróleo en una aproximación por banda izquierda al señalar el colegiado una falta excesivamente rigurosa en el pico del área grande defendida por el Pontevedra. El lanzamiento acabó en la banda derecha, desde donde Ferrone efectuó un nuevo centro raso que remató en el primer palo Arturo y que Edu salvó con una buena mano, pero Gabarre no falló empujando el rechace del portero a gol.

Con este resultado, el Pontevedra acaba la quinta jornada de liga en la duodécima posición con seis puntos.