Un solitario gol de Gabarre en el minuto 88 condenó al Pontevedra este mediodía contra el Atlético Baleares. Los granates dispusieron de numerosas ocasiones a lo largo del encuentro, pero no fueron capaces de materializarlas, a veces por falta de puntería, otras veces por precipitaciones en los remates, y acabaron cediendo la primera derrota en Pasarón de esta temporada.

Es la segunda derrota consecutiva para los de Luismi, la tercera en las cinco jornadas de liga que se llevan disputado, y esta vez ha sido especialmente dolorosa por ser en casa y haber llegado en el último minuto de partido.

El Pontevedra arrancó el choque con intensidad, con las líneas adelantadas y en los primeros compases ya dispuso de alguna ocasión, pero el Baleares, bien plantado en el campo y con una presión muy fuerte, se mostraba seguro y ponía a prueba a Edu en un par de ocasiones.

En el minuto 25 se produjo la primera jugada polémica del encuentro, en un centro de Álvaro Bustos en el que se pidió penalti por mano de Aurtenetxe, pero el colegiado señaló fuera de juego de Adighibe. Solo siete minutos después, y también con Bustos como protagonista, el árbitro no señaló un agarrón de Villapalo sobre el extremo asturiano dentro del área. La última ocasión clara de la primera parte fue para los visitantes, con un disparo lejano de Ortiz que salió lamiendo el poste.

En la segunda mitad los granates dispusieron de ocasiones de todo tipo, empezando por un córner que cabeceó Adighibe a las manos del portero, siguiendo por un disparo lejano de Álex González que el guardameta envió a córner con una gran intervención y una falta directa lanzada por Bustos que la barrera desvió a saque de esquina. Superada la hora de partido, un robo del Pontevedra en el centro del campo le permitió iniciar una bonita jugada de combinación que acabó con Bustos rematando a las manos del portero, cuando Adighibe esperaba un centro solo en el área pequeña. Igual sucedió unos minutos después, esta vez con Pedro Vázquez disparando demasiado cruzado y con el delantero nigeriano sin llegar a empujar la pelota en la línea de gol.

El equipo pontevedrés empezó entonces a abusar del juego directo, lo que supuso pérdidas constantes de balón. El Atlético Baleares tampoco exponía demasiado, pero sacó petróleo en una aproximación por banda izquierda, señalando el colegiado una falta excesivamente rigurosa en el pico del área grande. El lanzamiento acabó en la banda derecha, desde donde Ferrone efectuó un nuevo centro raso que remató Arturo en el primer palo y Edu salvó con una buena mano, pero Gabarre no falló empujando el rechace del portero a gol.