El Pontevedra cayó derrotado en Ibiza por culpa de un gol que llegó a dos minutos del final y los de Luismi Areda cuentan sus partidos a domicilio por derrotas. Al igual que ocurrió en Ferrol ante el Racing, la derrota fue justa porque los ibicencos (tres victorias consecutivas) fueron claramente superiores a los granates que estuvieron a su merced durante la mayoría de minutos del partido. De momento, el Pontevedra está mostrando dos caras, una en casa donde es competitivo pero lejos de Pasarón se está mostrando muy vulnerable.

Antes del pitido inicial se guardó un minuto de silencio en memoria de Paco Mojácar, padrino de Luis Verdú, capitán del Ibiza-Eivissa.

Desde el inicio el Ibiza estuvo mucho más enchufado. Los locales salieron volcados en busca del primer gol ante un Pontevedra que se vio sorprendido por el alud de juego de los celestes. Sin tiempo para asentarse en el terreno de juego, los gallegos vieron como a los siete minutos los locales ya estrellaban un balón al palo, el central Rubén González cabeceó al poste un centro medido de Javi Lara. Se vivía en campo del Ponteveda que achicaba agua como podía, cediendo córners, dando pelotazos a la grada, etc. Tras unos cuantos saques de esquina, al cuarto de hora llegó otra clara ocasión para los locales, Javi Pérez remató desviado un gran centro con el exterior de Morillas. Seguía el toque de corneta del Ibiza que en el minuto 18 Rodado se aprovechaba de un error de una zaga granate desbordada, cedía a Raí que centró al área y un omnipresente Rodado remató evitando el pecho de Víctor Vázquez el primer gol del partido.

No había noticias de un Pontevedra que naufragaba en el centro del campo, sus delanteros estaban totalmente desconectados y la defensa hacía lo que podía para sostener los ataques de un Ibiza que estaba desplegando un gran fútbol. No había nada que hacer, los locales eran superiores y lo mejor era el resultado. Sí, porque los de Pablo Alfaro seguían sin traducir en goles sus ocasiones, que se sucedían. Así, en el minuto 27 Edu Sousa tuvo que despejar de puños un centro peligroso de Cirio y en el 35 un potente disparo de Raí se marchó ligeramente desviado.

Hasta el minuto 38 no llegó la primera aproximación peligrosa de los de Luismi Areda si descontamos una llegada que desbarató la zaga local en el minuto 24 y quedó en nada. A falta de siete minutos para el final los pontevedreses forzaron una falta peligrosa. La lanzó Álex Fernández y su remate superó bien la barrera pero se marchó por encima del larguero.

Esta jugada fue un espejismo porque el dominante Ibiza seguía a lo suyo, atacando, botando córners y presionando. El premio a su superioridad llegó en el minuto 43 cuando Javi Lara, un partido más impresionante, se sacó un centro maravilloso que Rodado convirtió en gol con un muy buen testarazo. El delantero mallorquín pudo ampliar la renta en el 45 con otro remate de cabeza pero el balón no encontró portería. Fue la última jugada de una primera parte en la que el Pontevedra estuvo a merced de su rival y pidió a gritos que llegara el tiempo de descanso.

Reanudación

Tras el tiempo de asueto no cambió el panorama y el ibiza siguió a lo suyo, creando peligro sobre la portería de Edu Sousa que a los cinco minutos de la reanudación ya tuvo que intervenir para detener un disparo desde la frontal de Raí.

Nada parecía indicar que el Pontevedra pudiera empatar pero lo hizo. Fue a jugada parada, los granates botaron un córner y Javi Pazos cazó un remate para batir a Germán. No era justo el resultado pero los granates hacían bueno el dicho de que el que perdona lo paga. Luismi Areda mostró su ambición con dos cambios ofensivos pero no tuvieron el efecto deseado porque el Ibiza volvió a encerrar a los gallegos en su área. Javi Lara estuvo a punto de marcar por dos veces. En el minuto 70 pero Edu Sousa atajó su remate en dos tiempos y en el 76 disparó raso y potente, despejó de nuevo Edu Sousa y el balón le llegó a Diego Mendoza que, por suerte para los granates, estaban en posición de fuera de juego.

En estos minutos no existía el Pontevedra en ataque y ni la pausa para hidratarse sirvió para enfriar la presión local. Con los granates defendiéndose debutó el hondureño Mejía y en el minuto 88 otro debutante, el argentino Diego Mendoza anotó el gol de la victoria para delirio de la afición local. Cirio y Morillas combinaron en el centro del campo, el lateral se interno y sacó un centro medido para Mendoza que con un certero cabezazo superó a un Edu Sousa que ya no pudo hacer otro milagro.

El Pontevedra ya no tuvo fuerza para buscar el empate en el descuento y se fue de vacío de Ibiza. No será el único porque el equipo celeste se postula como un claro candidato al ascenso.

El Pontevedra lo vivió en sus carnes, los de Luismi Areda fueron inferiores al equipo ibicenco. Los jugadores de mediocampo granates se vieron superados en todo momento por la energía y la calidad de los peloteros locales y sin presencia en el centro del campo solo pudieron hacer lo que hicieron durante la mayoría de minutos del partido, defenderse y buscar alguna contra aislada.